CAPITULO I: ENTRE GOLES Y AMORES


CAPITULO I: ENTRE GOLES Y AMORES


* EN SANTIAGO, CHILE*

Han pasado varios meses desde aquel devastador terremoto en Febrero, y los chilenos intentan volver a sus vidas normales. En un apartamento ubicado en un barrio prestigioso, Lena, prueba su vestido de novia con su amiga Rocío, una muchacha argentina radicada desde hace mucho tiempo en Chile...


Rocío: ¡No puedo creer que te vas a casar! ¡Que emoción, amiga!
Lena: Gracias, Rocío. Espero que pronto consigas a un hombre que te quiera.
Rocío: Pues, creo que nunca voy a conocer a mi príncipe azul.
Lena: No te preocupes, cuando menos te lo esperes, vas a conocer al amor de tu vida. Ya veras. Y ella se sigue probando su vestido de novia.

Pasan los días, en la parroquia “Nuestra Señora de Apoquindo” se celebra la boda entre Lena y el Ingeniero Alejandro Chávez. En medio tantos lujos, Rocío ha ido a la boda como una de las damas de honor. Y cuando el sacerdote dice: "Si alguien tiene algún impedimento para que esta boda no se realiza, que hable ahora o que calle para siempre." En ese momento, viene una mujer y exclama ante los novios y los invitados: "¡Alto! ¡Esa boda no puede realizarse! ¡Porque ese hombre esta casado conmigo!" Lena esta dolida. Alejandro, el novio, piensa para si mismo: "¡Oh, no! ¡Lo que faltaba, que venga esta "loca" para arruinarlo todo!"
Lena: ¿Es eso cierto?
Alejandro: Como le vas a hacer caso a esta "loca"... Casémonos, por favor.
Lena: Quiero que me digas la verdad, ¿Es cierto lo que dice esta mujer?
Alejandro: ¿Y por que te preocupa tanto lo que pueda pensar esta mujer?
Lena: No quiero que me mientas, Alejandro, por favor.
Mujer: ¡Ya, no seas cobarde, di la verdad, se hombre de una vez por todas, confiesa que hemos estado casados por 3 años y tenemos 2 hijos!
Alejandro: ¡Saquen a esta "loca" de mi boda! ¡Es una "loca" debería estar en el manicomio! Lena: ¿Como puedes pensar así de la madre de tus hijos? ¡Que poco hombre eres! En ese momento, Alejandro se envalentona y trata de forzar sacar a la mujer de la ceremonia. Alejandro: Largo de aquí, vete, Aileen, hablamos mas tarde, pero, no arruines este acontecimiento!
En ese momento, Lena reacciona...
Lena: ¿La llamaste Aileen? ¡Entonces, tu conoces a esta mujer! ¡Me has mentido, canalla, sinvergüenza!
Alejandro: Mi amor, por favor, no le hagas caso a lo que dice esta "mujerzuela". Vamos, tu y yo nos amamos... casémonos, por favor.
Lena: No. Yo no puedo casarme contigo.
Entonces, Lena se quita el anillo de compromiso y lo tira en dirección hacia el, y entonces, recogiendo su vestido, se quita los zapatos y se retira corriendo de la Iglesia, mientras los invitados siguen estupefactos por el hecho ocurrido.
En la calle, Lena llama un taxi, mientras Rocío la llama por detrás...
Rocío: Lena, amiga, por favor, no te vayas... yo no tengo la culpa de lo que haya hecho ese canalla...
Lena: Lo siento, amiga mía, pero, ya lo he decidido...
Rocío: Al menos, permíteme acompañarte...
Lena: Hummm... esta bien. Entonces, y su amiga se suben a un Taxi.
Durante el trayecto, en la radio, suena “It`s raining again” de la banda Supertramp. Lena esta pensativa, mientras que Rocío busca hacerla conversación.
Rocío: Y, ahora, ¿Que vas a hacer con tu vida?
Lena: No lo se... quizás me anime a hacer un viaje...
Rocío: ¿Un viaje? ¿Y para donde quieres viajar?
Lena: ¡No lo sé! ¡Quizás deba irme al África!
Rocío: ¡Oye! ¡El Mundial es en Sudáfrica! ¿Qué te parece si nos vamos allá?
Lena: ¡Eso está muy lejos! ¡Además, el pasaje nos sale muy caro!
Rocío: Pues, no te conté, amiga mía… ¡Me gané dos pasajes para viajar a Sudáfrica!
Lena: ¿En serio? Pero, ¿Cómo no me dijiste nada?
Rocío: Disculpa. Es que con esto de la boda pues, se me olvidó decirte. Me llaman de una estación de radio para preguntarme por el primer jugador en jugar cinco copas Mundiales, y yo, perdida, le grité a la “Tota”, la doméstica, y no me di cuenta que me escuchaban y, el resto es historia. ¡Y así me gané los pasajes! ¡Quería darte la sorpresa! ¡Solo tenemos que ir ahora a la Emisora para reclamar los pasajes y nos vamos a Sudáfrica!
Entonces, le piden al taxista que las lleve a la emisora y así, reclamar los pasajes para el Mundial, sin sospechar lo que le espera el destino.

Mientras tanto, en Francia, en un apartamento, vive Marco Aurelio, un vendedor de seguros, preparando sus maletas para su viaje a Sudáfrica y así, poder alentar a la selección chilena en el Mundial. En ese momento, ingresa María Lidia, su novia, una bella muchacha, rubia, delgada, de ojos claros, y lo besa y abraza fuertemente.
María Lidia: Mi amor, la vamos a pasar muy bien en Sudáfrica.
Marco Aurelio: De nada, mi vida. Más bien te agradezco la compañía a pesar que no te gusta el fútbol.
María Lidia: Lo importante es esta juntos. Además seguro que allá habrán Centros Comerciales, ¿Verdad?
Ellos se besan. Pero, en ese momento, suena ”It´s raining again” de Supertramp y comienza a recordar el pasado, a Lena, su primer amor, y es cuando la besa con más pasión creyendo que besa a Lena.

* MIAMI, USA *

Una tarde, Darío se encuentra en el Aeropuerto Internacional de Miami, haciendo sus trámites de inmigración y aduana. Sin contratiempos, y cargando una maleta en su mano, logra salir al estacionamiento donde llama a un Taxi. En ese momento, se estaciona un Taxi rápidamente. El se sube al Taxi y se da cuenta que el conductor es una seductora mujer, de cabello castaño largo y ondulado, y ojos azules, vestida con chaqueta de cuero y minifalda.
Kate: Hola, guapo. ¿A dónde te llevo?
El mira la identificación de la bella taxista y lee su nombre: “Kate Lilly”
Darío: Llévame al Fontainebleau Hotel, por favor, Kate.
Ella le sonríe y toman la vía expresa, el “Expressway” para ir rumbo al Hotel. Durante el trayecto, la bella taxista mira un letrero enorme que dice: “No se pierda el Mundial por el Canal Latino” y aprovecha para hacerle conversación al hombre.
Kate: Oye, ¿Vas a ver el Mundial? Hay mucha expectativa por ese evento, ¿No?
Darío: Pues, mi selección no clasificó al Mundial, pero, igual veré los partidos. ¿A qué equipo vas a apoyar?
Kate: Pues, no tengo un claro favorito, pero, apoyaré a los italianos.
Darío: Son los actuales campeones.
Kate: ¡No! ¡Es que los jugadores son guapísimos!
Ella sigue manejando por la vía expresa el camino. La bella Kate le hace coqueteos a través del espejo retrovisor, haciendo sonreír a Darío. El le guiña el ojo. Así, en el camino intercambian sonrisas y guiños, entre sí, mientras suena “Tik Tok”, el gran éxito de Ke$ha.

Finalmente, llegan al “Fontainebleau Hotel” y Kate se ofrece a ayudarlo con las maletas, pero, él no acepta.
Darío: Por favor, no puedo permitir ver a una mujer cargar maletas. Yo lo haré. Toma, esto es para ti.
El le paga la carrera, más la propina, a Kate. Pero, no se da cuenta que deja su cartera en uno de los asientos.
Kate: Gracias. Pues, si necesitas movilidad, este es mi número. Llámame.
Ella le entrega su tarjeta y él se la coloca en su saco, y la hermosa taxista se retira en su Taxi.

Darío lleva las maletas adentro, al Lobby, para chequear su ingreso. La administradora le da la bienvenida.
Joanna: Bienvenido, señor Darío, soy la administradora y le hemos preparado una gran “suite” que sea de su agrado. El botones se ofrecerá a llevar su equipaje a su habitación.
Darío: Es un placer, señora Joanna (mira su nombre en el uniforme).
Joanna: ¡Ejem! Soy señorita. Estoy soltera y sin compromiso.
Darío: ¿Una mujer tan bella como usted es soltera? ¡No puedo creerlo! Pero, ¿Cómo?
Joanna: Bueno, es que el trabajo que no me da tiempo para buscar pareja.
En ese momento, Joanna pide permiso para regresar a su oficina. Darío le guiña el ojo. Ella sonríe. Y ambos toman rumbos opuestos rumbos. Ella regresa a su oficina. El toma su maleta y se dirige el ascensor.

Darío ingresa al ascensor y presiona el botón. De pronto, apenas las puertas se cierran, ingresa una encantadora muchacha, vistiendo vestido rosado de una pieza, escotado, tacones y falda corta, del cual, exhibe sus bien contorneadas piernas. El, muy galán, presiona el botón de abrir la puerta para que ella pudiera ingresar con el botones. El mira a la muchacha. Ella le sonríe.
Darío: ¿Viene de negocios ó placer?
Rachel: Vengo de negocios, pero, aprovecharé para tomarme unas vacaciones y ver el Mundial.
Darío: ¿Vas a ver el Mundial? ¿Y que equipo vas a apoyar?
Rachel: Pues, le voy a Australia, pero, como no van a llegar lejos, me gustaría que ganara Argentina. ¿Y usted?
Darío: Vengo por la conferencia de DJ. Me llamo Darío Dumitrescu y soy de Rumania.
Rachel: A mí me gustaría conocer Rumania. Debe ser emocionante vivir allá.
Darío: Es lo máximo. A ti te tratarían como una reina.
Ella sonríe. El le guiña el ojo. El ascensor se detiene en el piso 10. Se abre la puerta. Rachel se despide.
Rachel: Bueno, es un gusto conocerte. Nos estamos hablando.
Darío: Por supuesto. Yo estoy en el piso 14, en el 1401. ¿Y tú?
Rachel: (mirando su llave) Yo estoy en el… Ejem… piso 1023. ¡Bye!
Las puertas del ascensor se abren. Ella se retira con el botones. Se vuelven a cerrar las puertas y el ascensor sube hacia su piso. Al llegar a su cuarto, Darío se quita los zapatos y se tira en la cama para descansar. Piensa en Kate, Joanna y Rachel. No está mal para su primer día en Miami, pero, de pronto, se da cuenta de un detalle: ¿Y donde está mi cartera? Darío comienza a desesperarse. En ese instante, en su Taxi, Kate descubre una billetera que un pasajero dejó extraviada.

* BOGOTA, COLOMBIA *


Una mañana fría, en una casa humilde ubicada al sur de la ciudad, Paulina, vestida con una atrevida minifalda para exhibir sus bien contorneadas piernas, se prepara para desayunar con su tía.
Sara: Paulina, mi´ja, primero cómase sus arepitas con queso que yo mismo preparé con mucho cariño y tómese también su “chocolatico” caliente para que la sostenga.
Paulina come sus arepitas y toma un sorbo del chocolate y le da un beso.
Paulina: Bueno, tía, ya me voy a trabajar. Deséeme, suerte.
Sara: Que Dios y la Virgen la protejan, mi´ja, sabe que hay muchos sinvergüenzas por aquí. Oiga, Paulinita, ¿Por qué no le pide ayuda a su padre? Fíjese que él podría ayudarla económicamente y no tener que mendigar por ahí.
Paulina: ¡No me hable de ese señor, por favor, que yo no tengo padre! ¡El perdió ese derecho cuando me abandonó antes que naciera!
Sara: ¡Pero, ese señor es su familia!
Paulina: Para mí, mi única familia es usted, tía Sara, y mi madrecita que está en el cielo.
Ella le da un beso en la frente.



En la calle, ella camina meneando los hombros y la cinturita, mientras el viento levanta levemente su minifalda, exhibiendo sus piernas seductoras, despertando miradas atrevidas de los transeúntes que no se cansan en decirles piropos y besos volados. En ese momento, un taxi amarillo se detiene y el conductor baja el vidrio del auto para hablar con ella. Es un joven de unos 25 años, que viste la camiseta de la selección brasileña, y le grita su nombre: 

“¡Paulina! ¿Cómo está? ¿A dónde va tan linda?”
Paulina: ¡Quiubo, Jackson! ¡Estoy esperando el “Transmilenio” para ir a trabajar!
Jackson: Súbase, Paulinita. Que la llevo. Una chica tan linda como usted, debe viajar con comodidad.

El se ofrece a ayudarla a llevar la mercancía: Chicles, cigarrillos, caramelos, y también, el álbum y figuritas del Mundial.
Jackson: ¡Paulinita! ¿No me diga que va a vender el álbum y las figuritas del Mundial?
Paulina: Así es. Es una ocasión especial, además, que te da buenos ingresos.
Jackson: ¿Me regala un álbum?
Paulina: Hummm… está bien. Tome uno.
Jackson recibe el álbum y la abraza fuertemente, de agradecimiento. Después de colocar la mercancía en la parte trasera, ella se sube en el asiento trasero y de inmediato emprenden el largo trayecto. Jackson la mira por el espejo retrovisor, como cruza las piernas y le sonríe, mientras introduce un caramelo en la boca. Ella le vuelve a sonreír, meneando los hombros. El está excitado mientras la mira por el espejo retrovisor que casi choca.
Paulina: Cuidado por donde manejas, Jackson.
Jackson: Tranquila, Paulinita. Soy un “as” del volante. Oiga, Paulinita, ¿Cuál es su equipo favorito en el Mundial?
Paulina: Pues, como Colombia no clasificó, entonces, me toca apoyar a Francia. ¡Me gusta como juegan!
Jackson: ¿En serio? Pues, ellos son tramposos y cochinos. ¿No has visto lo que sucedió en la eliminatoria? ¡Paró la pelota con la mano y lo hizo adrede! ¿Y qué me dice del cabezazo que le dieron a ese jugador en el Mundial pasado?
Paulina: Son cosas del fútbol, pero, igual me gusta como juega Francia.
Jackson: Bueno, no voy a discutir con usted, Paulinita. Como no está mi Colombia querida, entonces, apoyaré a la “canarihna”… ¡Brasil para todo el mundo! ¡Brasil! ¡”O Mais grande do mundo”!
Paulina: Eso veo. Ya estás con la camiseta en el pecho.
Jackson: Así es…. ¡Ejem! ¿Tiene algo que hacer este Viernes?
Paulina: Pues, nada en especial. ¿Por qué lo pregunta?
Jackson: ¡Ejem! ¡Quisiera invitarla a escuchar Vallenatos! ¡Sin compromiso alguno, por supuesto!
Paulina: ¡Me encantan los Vallenatos! ¡Acepto la invitación!
Jackson: ¡Muy bien! ¡Entonces, este Viernes nos vamos a escuchar Vallenatos!
El auto continúa el recorrido y cuando menos se imagina, llega a su destino. El se baja primero para abrirle la puerta. El se excita al ver como sus piernas son las primeras en tocar la acera, pero, trata de controlarse. Ella le da un beso en la mejilla y se retira de su presencia, mientras menea la cola por detrás. El suspira y se dirige a la parte de atrás para recoger la mercancía y montar su puesto en la esquina.
Paulina: Gracias, Jackson, ¿Cuánto te debo por la carrera?
Jackson: No, por favor, es solo una cortesía.
Paulina: No, Jackson, no puedo ser confianzuda. Tome.
Ella le entrega el dinero. El lo deposita en su bolsillo, y con ese dinero, se ofrece a comprar un par de figuritas para llenar el álbum. Así, comienza la jornada laboral para Paulina.

Mientras, al otro lado de la ciudad, en el sector Norte, Emiliano trabaja como asistente en la fábrica de textiles de su futuro suegro. Pasan las horas, y Emiliano se despide de sus compañeros para subirse en su auto convertible rojo con dirección a la Universidad para recoger a su novia. El escucha, en la radio, una canción interpretada por Marre a todo volumen y se detiene en la puerta del claustro universitario. Una bella muchacha, de 24 años, cabello castaño claro, delgada y ojos claros y sonrisa radiante ingresa al auto y lo saluda con un beso en la boca. Los dos lucen muy enamorados. Ella se sube al asiento del copiloto y se coloca su cinturón de seguridad.
Emiliano: Noelia, mi amor, ¿Cómo te fue en la Universidad?
Noelia: Muy bien, como siempre. Y a ti, ¿Cómo te fue en el trabajo?
Emiliano: ¡Perfecto! ¡Tu papá, o sea, mi jefe está orgulloso con mi trabajo y me ha ofrecido un ascenso!
Noelia: ¡Como me alegra que todo esté bien entre mi padre y tú! Te quiero mucho, mi amor.
Emiliano: Yo también te quiero mucho, Noelia.
El detiene su auto para que los dos se den un apasionado beso en la boca. Rato después, emprenden el largo camino de regreso. Cuando en ese mismo instante, ella reacción impulsiva…
Noelia: ¡Emiliano, detente! ¡Tenemos que comprar un cigarrillo!
Emiliano: ¿En serio? ¿Qué no habías dejado de fumar?
Noelia: ¡Es solo un cigarrillo! ¿Qué malo me podría pasar? No seas malito, ¿Si?
Ella baja la mirada y le pone expresión de lástima y parpadea sus bellos ojitos. El, entonces, decide parar en una esquina para comprar el cigarrillo. Es la misma esquina de Paulina.

Por su parte, Paulina está aburrida porque no ha tenido un buen día. En ese momento, la bella Paulina mira como se baja Emiliano del auto y siente una extraña sensación en su pecho. El se coloca sus anteojos oscuros y camina como “bacán”. El la mira con desprecio e indiferencia. Ella se pone nerviosa.
Emiliano: ¿Tiene cigarrillos mentolados con filtro marca “Marlboro”, por favor?
Paulina: ¿Eh? ¡Ejem! Si, si, claro que tengo, joven. ¿Cuántos necesita usted?
Emiliano: Solo uno. Son para mi novia. Ella está dejando de fumar.
Ella le entrega el cigarrillo, pero, a él se le cae de la manos. Ella se agacha para recogerlo.
Paulina: ¡Oh, discúlpeme! ¡Qué torpe soy!
Emiliano: No se preocupe.
El la levanta del piso, cuando de pronto, ambos se miran fijamente a los ojos, sin decirse nada. Ella suspira al verlo. El trata de controlar sus sentimientos. Cuando en ese momento, aparece Noelia: “¡Ejem!” El regresa a su realidad.
Emiliano: Por favor, señorita, no se olvide de mi cigarrillo.
Paulina: Aquí tiene. ¿Se le ofrece algo más? Tengo chicles, caramelos, tarjetas prepago, el album del Mundial.
Emiliano: ¿Tiene el álbum del mundial? ¡Qué chévere! ¡Me acuerdo que lo coleccionaba cuando estaba en el colegio!
Paulina: Así es, ¿Quiere uno?
Emiliano: ¡Por supuesto!
Paulina: ¿Qué equipo cree que va a ganar el Mundial?
Emiliano: Yo creo que la Copa la van a ganar los mismos: Italia, Alemania, Brasil. No habrán sorpresas. ¿Estás aquí siempre en esta esquina?
Paulina: Así es. Pero, si necesita figuritas, tengo un amigo que también está llenando el álbum. El es taxista.
Emiliano: Si necesito figuritas, te las puedo comprar a ti, ¿No?
Ella le sonríe. El paga el álbum a Paulina y algunas figuritas mientras Noelia mira su pulsera artesanal.
Noelia: Me gusta tu pulsera, ¿Dónde la compraste?
Paulina: Yo misma las hice.
Noelia: ¿Podrías hacerme una pulsera para mí? Me encantan las cosas artesanales.
Paulina: Por supuesto, si usted gusta, me da sus datos y le hago llegar la pulsera a su domicilio.
Noelia: Anota mi celular. Me llamo Noelia Bernstein Morales.
Paulina: Yo soy Paulina Gómez. Anote mi celular, también, para cualquier cosa.
Las chicas estrechan las manos. Paulina no puede quejarse que, a pesar de todo, el día se le compuso al final del día. Pero, Paulina ni siquiera sospecha que Noelia es su media hermana, hija del padre que la abandonó cuando era niña.
Mientras, Noelia y Emiliano emprenden el camino de regreso.
Noelia: Estabas muy amable con la muchacha esa, ¿No es así?
Emiliano: Es una pobre muchacha que trabaja duro para ganarse el pan. ¡Pobrecita! Pero, no es lo que estás pensando, mi vida, para mí, mi vida eres tú.
El detiene el auto y le da un beso en la boca a su amada.

* LIMA, PERU *

El avión aterriza en el aeropuerto “Jorge Chávez” de la ciudad. Los pasajeros pasan por el control de inmigración. Allí están Andoni y Marina, una pareja de recién casados, residente en España. El oficial del inmigración les da la bienvenida y se dirigen al carrusel para recoger las maletas y después, se dirigen al control de aduana. Al salir, se encuentran con otra pareja, Cordelia y Gustavo. Marina abraza fuertemente a su amiga.
Cordelia: ¡Marina, amiga mía! ¡Tiempo que no te veía! ¡Bienvenida a Lima!
Marina: Gracias, Cordelia, amiga mía. Quiero presentarles a mi esposo, Andoni. Andoni, ella es Cordelia, mi mejor amiga de la que te platiqué mucho. Estudiamos juntas en el Colegio.
Andoni: Es un placer. Andoni Mendiburu, a sus órdenes.
Cordelia: El gusto es mío. Quiero presentarles a mi esposo, Gustavo Rodríguez Montalvo.
Gustavo: Bienvenidos a Lima, Perú. Espero que el hospedaje sea de su completo agrado.
Ellos estrechan las manos y de inmediato, se dirigen al estacionamiento para introducir las maletas en el maletero.
Cordelia: ¿Tienen hambre? ¿Qué quieren comer?
Marina: Pues, yo quiero comer “Chifa”, comida china. ¡Ay, como extraño mi sopa wantang, arroz chaufa, calú wantang, tallarín saltado! ¡Ay, qué rico, se me hace agua la boca!
Andoni: Así es, Marina me para hablando mucho del famoso “Chifa” que tengo ganas de probarlo.
Gustavo: Conozco un buen “Chifa” por aquí. La comida es buena y no es muy caro. Vamos allá.
Entonces, emprenden el camino rumbo hacia el “Chifa”, restaurante de comida china. La radio del auto sintoniza el tema “A pesar de tu amor”, interpretado por Nicole Pillman, que ambienta el recorrido por las calles de Lima.

Durante el trayecto, Marina le muestra la ciudad a su esposo y como en cada esquina, hay un “Chifa”, un casino, y una farmacia.


Finalmente, llegan al Chifa “Lun Fung”, donde los acomodan a sus mesas. Gustavo busca hacer conversación a los visitantes.
Gustavo: Dime, Andoni, ¿Cómo ven las posibilidades de la selección española en el Mundial de Sudáfrica?
Andoni: Tienen buen equipo. Ganamos hace unos años la Eurocopa de Naciones, pero, el Mundial es otra cosa. Espero que no los mate el exceso de confianza. Siempre hay equipos difíciles de enfrentar.
Cordelia: ¡Oh, no! ¡No me digan que van a empezar a hablar de fútbol otra vez!
Gustavo: Disculpa, mi amor, no resistí la tentación. Es que me emociona hablar de fútbol con la gente.
Andoni: ¿No le gusta el fútbol, Cordelia?
Cordelia: ¡Me parece una tontería ver a unos hombres corriendo detrás de una pelotita! ¡No tiene sentido!
Marina: Pues, yo me acostumbré a ver fútbol gracias a mi marido. Ambos somos hinchas del Atlético de Bilbao.
Andoni: Así es, es el mejor equipo de España.


En ese momento, se aparece una atractiva y sensual muchacha que, sin querer, escucha la conversación.
Mimí: Pues, a mí me gusta el fútbol.
Cordelia: ¿Perdón? ¿Quién es usted?
Mimí: ¡Ups! ¡Perdón! Yo soy “Mimí”, su camarera, y vengo a tomarles las ordenes. ¿Se les ofrece algo de tomar?
Marina: ¡Sírvanos cuatro “Inca-Kolas” sin helar, por favor! ¡Ay, como me muero por tomar “Inca-Kola”!

Mimí toma el pedido mientras le guiña el ojo a Gustavo y Andoni, sin que sus esposas se den cuenta. Rato después, piden la comida y se saborean los exquisitos platos del “Chifa.” Gustavo acuerda con Andoni para ver juntos los partidos del Mundial, mientras que sus esposas acuerdan estar juntas. Pero, Andoni no despega sus ojos de la sensual Mimí que cada vez lo mira, muy sensual, cruzando las piernas, y lanzándole cada vez besos volados.
CONTINUARA…

Comments

  1. Renzo, pensaste alguna vez en publicar alguna novela???
    Es decir, ir al medio tradicional en una editorial???

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  2. Gracias Luz de Luna. Pues, si, la idea es publicar alguna novela por el medio tradicional. Si publiqué de modo independiente una de mis foronovelas, pero, siempre la posibilidad está latente de publicar a traves de una editoria. Quizas, no considero que ninguna de mis foronovelas sea material para una editorial, pero, nunca se sabe.

    Es mi primer comentario. Gracias, nuevamente. :)

    Renzo

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  3. Hola,quisiera decirte que me gusta tu novela y la idea de Sudafrica mundial muy interesante.Saludos

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  4. Gracias, me alegra que te guste la novela. :)

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  5. acabo de leer el capitulo I.

    -que desgraciado ese tal alejandro, engañar así a lena!
    -chistosa la forma en que raquel se ganó los boletos
    -ese dario esta peor que el perro brando, coqueteando con la taxista y las otras dos
    -que mal que el papá de paulina la haya abandonado, eso no se lo deseo a nadie.
    -paulina esperando el transmilenio , je je. Recuerdo que le le decía ''transmilleno''

    -se me hizo agua la boca con las comidas que describistes.

    Me gusta como manejas las distintas historias que hay.

    Saludos

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