CAPITULO II: ENTRE GOLES Y AMORES (Segunda Parte)



CAPITULO II: ENTRE GOLES Y AMORES (Segunda Parte)

**BOGOTA, COLOMBIA**

Actuación especial: Altair Jarabo como Marcia:


Una semana después, en la tarde, Noelia está en el gimnasio del Club, haciendo su caminata, cuando de pronto, se aparece su amiga Marcia, y se sube a la máquina de al lado.
Marcia: ¡Noelia! ¡Dichosos los ojos que te ven! ¿Cómo has estado?
Noelia: Hola Marcia. Pues, estoy muy bien.
Marcia: ¿Y como está el guapérrimo de tu novio? ¿Cómo se llama? ¿Emiliano?
Noelia: Pues, Emiliano está muy bien. Trabajando mucho en la empresa de mi papá.
Marcia: ¡Ay, amiga! ¡Qué suerte tienes! ¡Es guapo, trabajador, buena onda! ¡Tremendo partido! ¡No lo dejes ir!
Noelia: Tienes razón. Además, que me quiere mucho.
En ese momento, ellas miran el televisor que está colgado sobre el techo, anunciando noticias del Mundial.
Marcia: ¡Ay, amiga! ¡El Mundial está cerca! ¡Qué emoción ver en acción a todos esos guapos futbolistas!
Noelia: Emiliano está emocionado por el Mundial. Fíjate que ha decidido llenar el Álbum de figuritas.
Marcia: ¡Ay, Noelia! ¡Deberías ayudarlo a llenar el álbum! ¡Yo lo estoy llenando!
Noelia: No lo sé. No me gustan esas cosas. No le encuentro sentido.
Marcia: Es emocionante. Porque no se trata de pegar las figuritas, sino también, la gracias es llenarlo, intercambiar las láminas con amigos, buscar las más difíciles. ¡Es emocionante! ¡Deberías intentarlo!
Noelia: Bueno, Marcia, fue un gusto charlar contigo pero, tengo que llamar a mi novio para que me recoja.
Marcia: ¡Oye, amiga! No llames a tu novio. Yo te llevo. Como en los viejos tiempos, ¿Te acuerdas?
Noelia: Está bien.
Ellas recogen sus cosas e ingresan a los vestieres de damas para cambiarse, maquillarse y arreglarse el cabello. Marcia se viste con un vestido de una sola pieza, escotado y la falda muy corta, con botas negras de tacón alto. Noelia es más conservadora, viste falda, saco y botas negras de tacón alto. Y después, ellas caminan por los pasadizos rumbo al ascensor. Marcia camina muy coqueta, meneando los hombros y la cinturita para llamar la atención de los caminantes. Ellas ingresan al “lobby” y Marcia saluda a un chico: “Hola, guapo, ¿Cómo estás?” El chico sonríe. De repente, se abren las puertas y el chico se retira, no sin despegar sus ojos de Marcia, quién le sonríe y menea la cinturita. Noelia solo se ríe de los coqueteos de Marcia.

Finalmente, el ascensor llega al “lobby” y las chicas se salen del elevador rumbo para la entrada principal. Marcia vuelve a saludar y sonreírle al portero, quién se excita al verla.
Marcia: Hola, guapo, ¿Serías tan amable de pedir un Taxi para nosotras?
Noelia: ¿Nos vamos en Taxi? ¿Acaso no es peligroso?
Marcia: Pues, mi auto está en el taller mecánico, Pero, no pasa nada, amiga mía. Tranquila.
En ese momento, se estaciona un Taxi amarillo en la puerta del Club. Marcia le entrega una propina al portero, antes de subirse al Taxi con Noelia. El taxista es Jackson, amigo de Paulina. Marcia se sube al auto, enseñando las piernas.
Marcia: Hola, guapo, ¿Nos llevas al Centro, por favor?
Jackson: ¿A qué parte del Centro?
Marcia: A la 19. Para cambiar unos “caramelos”, figuritas del Mundial.
Jackson: Pues, yo conozco un lugar mejor. Si gustan, las puedo llevar hasta allá.
Marcia: Como gustes.
Ella le hace caricias al taxista, quién trata de dejarse llevar por el deseo. Noelia solo se ríe de los coqueteos de Marcia.

El taxista maneja a toda velocidad. Marcia cruza las piernas, mientras le sonríe al taxista a través del espejo retrovisor que él casi choca con otro auto pero, logra mantener el equilibrio.
Noelia: ¡Cálmate, Marcia! ¡Deja tranquilo al señor que lo vas a hacer chocar!
Marcia: ¡Ay, pero, si está más bueno!
Jackson: ¿Les molesta que ponga música?
Marcia: ¡Para nada!
El sintoniza una estación de vallenatos.
Jackson: ¿Les molesta la música? Si gustan, puedo cambiar de estación.
Marcia: ¡Para nada! ¡Me encantan los vallenatos! ¡Tengo una gran colección de discos de puro vallenato clásico!
Jackson: A mi también me gusta el vallenato clásico. Conozco un lugar muy bueno donde escuchar vallenatos.
Marcia: ¿En serio? ¡Nos gustaría ir allá!
Noelia trata de controlar a Marcia, pero, no le hace caso.
Jackson: Por supuesto, si gustan puedo llevarlas ahora mismo.
Marcia: No, primero llévanos al lugar donde cambiar los “caramelos,”
Siguen el camino rumbo hacia el lugar, y durante el trayecto se ven pancartas, vallas alusivas a las elecciones presidenciales de fines de mes.


Finalmente, entre vallenatos y coqueteos, llegan a la esquina, ubicada en un sector popular en el Sur de la ciudad, cerca de una cancha de cemento, para jugar micro-fútbol. Allí estaba Paulina, mostrando sus seductoras piernas, mientras le ofrecía, en una caja, las láminas del álbum del Mundial a un grupo de adolescentes. Jackson llega por detrás y llama Paulina. Ella voltea, mientras el viento revolcaba su larga y frondosa cabellera.
Jackson: ¡Paulina! ¡Aquí te traigo dos clientas!
Marcia: ¿A cuánto las figuritas del Mundial?
Paulina: Las vendo a $900 pesos, las más comunes, y las más difíciles, pues, ofrezco de $1,000 pesos para arriba. E intercambio 3 por 1. ¿Tiene para cambiar también? ($1,000 pesos equivale a 50 centavos de dólar)
Marcia: Si, claro. ¿Tienes la figurita de Iker Casillas? ¡Esa es muy difícil de conseguir! ¡Y me faltan muchos de Sudáfrica!
Paulina: Si, tengo. Pero, le va a costar mucho dinero.
En ese momento, Noelia parece reconocer a Paulina.
Noelia: ¡Yo te conozco! ¡Eres la chica que vendía cigarrillos el otro día! ¿Te acuerdas de mí? Le vendiste un álbum del Mundial a mi novio, Emiliano.
Paulina: ¡Oh, si, claro que me acuerdo de ti! ¡Tú eres la que me pidió una de mis pulseras! No creas que me he olvidado de tu encargo, solo que he estado muy ocupada últimamente. ¿Vienes a comprar figuritas del Mundial?
Marcia: ¡Claro! ¡Pero, tienes que darnos un buen precio! ¡Tú vendes muy caro!
Paulina: Es el precio promedio. Pregunte en otros sitios, si quiere.
Marcia: Pues, “el zar de las láminas” los vende a mitad de precio, y no cobra más caros por los escudos.
Paulina: ¿Y por qué no has ido a donde “el zar”?
Marcia: Quería ir pero, su novio, nos trajo aquí. ¡Además, él no tenía la lámina de Iker Casillas!
Paulina: Discúlpeme, pero, Jackson no es mi novio. El es solo un buen amigo.
Jackson: Vamos, muchacha, aproveche la oferta. ¡Más barato no lo va a conseguir en otro lugar!
Noelia: Vámonos, mejor, Marcia. No vale la pena perder el tiempo aquí.
Marcia lo piensa y, entonces, acepta cambiar las figuritas. Y finalmente, encuentra la figurita de Iker Casillas que tanto buscaba. Ella besa la foto del futbolista y se lo coloca debajo de su sostén. En ese momento, suena el celular de Noelia. Es Emiliano. Noelia está contenta de hablar con su novio. Paulina empieza a ponerse celosa. Emiliano se entera por Marcia que han ido a cambiar figuritas del Mundial, y entonces, decide ir hasta el lugar.

Al llegar, él se emociona al ver nuevamente a Paulina y como el viento revolcaba su larga y frondosa cabellera. El suspira por la bella muchacha. Ella se emociona al ver también a Emiliano.
Paulina: Hola Emiliano, tiempo que no te veía aquí. ¿Vienes a comprar más figuritas del Mundial?
Emiliano: Si, claro. Tengo algunas repetidas.
Paulina: Pues, yo cambio 3 láminas por 1.
El acepta, mientras le enseña su lista de faltantes. Ella empieza a seleccionar las repetidas.
Emiliano: Esta me parece que ya la tengo. ¡No, no la tengo. Es que todos los coreanos me parecen iguales!
Paulina: Yo los distingo por el número de atrás. Tengo algunos de Sudáfrica y Chile, ¿Quieres ver?
En ese momento, Noelia mira sus uñas y le dice a su novio para irse.
Noelia: Mi amor, vamos otro día, tengo que irme a hacerme la “manicure.”
Paulina: ¿Quieres hacerte la manicure? Pues, yo hago “manicure” y “pedicure”.
Noelia: ¿En serio? ¿Y cuándo cobras?
Paulina: Por ser a tí, te cobro la manicure y el pedicure, solo $20,000 pesos (1 dólar está a $1,900 pesos). Barato. ¿Vives cerca de aquí? Además que aprovecho en traerte la pulsera que te prometí.
Noelia: Yo vivo en el Norte. Te doy la dirección.
Paulina anota la dirección de Noelia en su cuaderno de apuntes. Ellas estrechan las manos. Y se retiran tomando rumbos opuestos. Emiliano se despide de Paulina, prometiéndose que se iban a ver para seguir intercambiando láminas del Mundial. Ella le sonríe, moviendo los hombros cadenciosamente. Jackson trata de ocultar sus celos, al ver como Emiliano se coquetea con Paulina, y se desquita, cobrándole a Marcia y Noelia por el pasaje en Taxi. Emiliano paga. Y se retiran rumbo al Norte, la zona de los ricos, al otro lado de la ciudad.

Rato después, en el lujoso apartamento de Noelia, ella toma café con pastelitos, junto con Marcia.
Noelia: Oye Marcia, ¿Qué te pasa? ¿Por qué te subiste a ese Taxi y permitiste que nos llevaras a ese lugar?
Marcia: ¡Ay, amiga, no pasó nada! Llegamos sanas y salvas aquí, ¿Verdad? Además, conseguiste alguien que te haga la manicure y pedicure.
Noelia: Pues, necesitaba una manicure urgente, y no tenía otro remedio. Además, la muchacha se ofreció. Pero, ¿Y que me dices del taxista? No despegabas sus ojos de él.
Marcia: ¿Y que tiene de malo? El chico me gusta.
Noelia: Pero, si es un taxista. ¿Qué le puedes ver a ese hombre tan pobre?
Marcia: ¡Ay, amiga, ese hombre trabaja honradamente! Además, tú no puedes reclamar nada, porque vas a meter a una completa desconocida en tu casa.
Noelia: Pues, la verdad, hay algo en esa muchacha que me inspira confianza. Pásame otro pastelito, por favor.
Las chicas se siguen tomando su café con pastelitos.

Mientras tanto, Paulina se sube en el Taxi de Jackson. Primero van a casa para recoger sus herramientas de trabajo y la pulsera, y después, emprender el camino rumbo hacia el Norte.
Jackson: Paulinita, ¿Por qué le dijo a esa “gomela” que yo no soy su novio?
Paulina: Pues, es la verdad, Jackson. Usted es un gran amigo.
Jackson: ¿Será que algún día tenga una oportunidad con usted?
Paulina: No lo sé. En el amor no se manda.
Jackson: Dígame, ¿A usted le gusta el novio de la “gomela” esa? Usted no dejaba de verlo a cada rato.
Ella se queda callada, porque sabe que es verdad.
Paulina: Pues, eso es un imposible. Yo jamás me fijaría en novio ajeno.

Después de un largo trayecto a través de la ciudad, finalmente, llegan al lujoso complejo de apartamentos. Piden con el conserje y es Paulina la que baja sola. La bella muchacha le sonríe al portero, quién seducido por sus encantos, la deja entrar al edificio. Ella se retira, meneando la cola y los hombros, para el deleite del portero. Y, bien maquillada, falda y saco, y botas negras de cuero y tacón, Paulina se dirige a su cita con Noelia. Jackson se impresiona al ver a Paulina tan elegante.
Jackson: ¡Paulina! ¡Estás bellísima! ¡Y qué elegante estás! ¡Pareces una de esas “gomelitas” del Norte!
Paulina: Gracias, Jackson. Nos vamos a un barrio elegante, ¿No?
Jackson: ¿Nos vamos? Para mí, sería todo un placer.
Ellos se suben al Taxi se dirigen rumbo al norte.

Al llegar al Conjunto Residencial, Jackson decide esperar afuera del edificio, dándole su número de celular para que cuando termine, venga a recogerlo. Paulina ingresa a la portería, moviendo los hombros y las caderas, despertando los desgarradores deseos del portero que suspira al verla. Después de presentarse en portería, Paulina se dirige al apartamento de Noelia para su cita con la manicure. Noelia no reconoce a Paulina, al verla tan elegante. Marcia decide retirarse del apartamento, dejando solas a las dos chicas, y al salir a la calle, se encuentra con Jackson.


Paulina le hace la manicure a Noelia, quién le hace conversación.
Noelia: Vendes chicles y cigarrillos, haces pulseras de cuero, aparte que sabes hacer manicure y pedicure, ¿Hay algo más que sabes hacer?
Paulina: Pues, también, se hacer permanentes, tintes, ondulados, cepullados, y es que trabajé en un Salón de Belleza.
Noelia: ¿Y qué pasó?
Paulina: Prefiero no recordarlo. Es que me hicieron la maldad. Usted sabe, gente envidiosa de su trabajo, me cambiaron un frasco de tinte por pegante, y le arruiné el cabello a una clienta que casi nos pone una demanda. Me despidieron al instante. Lo peor es que ahora ningún salón de belleza quiere contratarme, y prefiero, trabajar por mi cuenta, vendiendo chicles, cigarrillos, tarjetas prepago, celulares, y ahora, láminas del álbum del Mundial.
Noelia: Eres una mujer admirable. ¿Cómo has podido hacer todas esas cosas?
Paulina: Pues, la necesidad tiene cara de perro. Usted, señorita, no se imagina lo que es pasar hambre y comodidades, toda mi vida, he tenido que luchar duro para ganarme el pan de cada día.
Noelia: ¿Y tus padres?
Paulina: Mi madre murió cuando era pequeña, y mi padre, pues, no quiero hablar de ese señor que abandonó a mi madre antes que yo naciera. Lo único que tengo es mi tía, la hermana de mi abuelito y la quiero como la madre que nunca tuve.
Noelia: Pobrecita, bueno, cualquier cosa que necesites. Cuenta conmigo. ¿Sabes? No creas que yo tampoco la paso bien. Aunque no me falta lo material, pero, la verdad, no he podido superar el divorcio de mis padres y me siento sola.
Paulina: ¿Usted se siente sola?
Noelia: No es fácil ser hija única. A veces hubiera querido tener hermanos, ó mejor dicho, una hermana con quién compartir mis cosas. Todo es frivolidad y se vive de la apariencia y “de qué dirán.” Pero, ¿Qué hay de los verdaderos sentimientos?
Paulina: Parece que uno viene aquí a sufrir, cada uno, a su manera. Es curioso como el destino nos ha puesto juntas. ¿Sabes? Yo también soy hija única y la entiendo perfectamente.
Ella le sostiene la mano a Paulina, y las dos intercambian sonrisas.


(* Roberto Vander como Don Ambrosio, el padre de Noelia *)

En ese momento, llega Don Ambrosio, el padre de Noelia, quién busca a su hija y la encuentra con Paulina. El padre saluda a Noelia y ella se levanta de su asiento para abrazar y darle un beso en la mejilla a él.
Noelia: Papá, quiero presentarte a Paulina. Ella es la muchacha que me está haciendo la “manicure.”
Paulina voltea y se levanta de su asiento para extenderle mano al señor. El señor se llena de ternura al verla. Hay algo familiar en su mirada, sus ojos, su sonrisa, era como si el pasado que creía olvidado, regresara a su vida.
Paulina: ¿Le sucede algo, señor?
Don Ambrosio: Nada, solo que me hiciste recordar a alguien que conocí hace mucho tiempo. Discúlpame. Así que eres la nueva “manicurista” de mi hija Noelia.
Paulina: Así es, señor, y su hija es buena clienta.
El señor está tan fascinado por Paulina que la invita a cenar y ordenan pollo asado, con papa criolla y arepas. Y ellos comparten un rato agradable juntos.
Paulina: Oiga, señor, ¿Y usted va a votar para Presidente de la República?
Don Ambrosio: Pues, claro, además que soy Presidente de Mesa. Tengo que votar. Y tú, ¿Vas a votar?
Paulina: Por supuesto. Es un deber cívico con la nación.
Don Ambrosio: ¿Y por quién vas a votar?
Paulina: Pues, eso no se dice. El voto es secreto. Y tú, Noelia, ¿Por quién vas a votar?
Noelia: Yo no voto. ¿Para qué? Pienso que los políticos son unos demagogos. Prometen y no cumplen.
En ese momento, se aparece Emiliano y saluda a Noelia con un sublime beso en la boca, despertando los celos de Paulina. De pronto, Emiliano se llena de emoción al ver Paulina tan bella y se queda mirándola con embrujo, cuando en ese momento, Noelia lo devuelve a su realidad para decirle que se sirviera el pollo asado. Pero, Emiliano no dejaba de mirar a Paulina, en especial, cuando sonreía y cruzaba las piernas con pasión. Rato después, Emiliano se ofrece llevar a Paulina a su casa, pero, ella no acepta. Jackson la está esperando para recogerla. Noelia le guarda más pollito asado, con papa criolla y arepas, para llevárselos a su tía Sara.

**LIMA, PERU**

Actuación especial: Luciana Echeverría como Lucy
En la mañana, Cordelia y Marina hacen las compras en el ¨Wong”, un supermercado, y están en la sección de las frutas.

Cordelia: Gracias por acompañarme a comprar para el almuerzo, Marina.
Marina: Es un placer, aprovechando que mi marido y el tuyo están juntos. A propósito, ¿Por qué no vamos al Mercado? Me parece que la comida es más fresca.
Cordelia: ¿Estás loca? ¿Irnos al Mercado?
Marina: No te preocupes. No dije nada. Fue solo una idea loca.
Cordelia: Voy a preparar jugo. ¿Qué jugo quieres?
Marina: ¡Quiero jugo de lúcuma (es una fruta)!
Cordelia: ¡Bah! ¡Como se te ocurre…! ¡Te hago jugo de fresa!
Marina: ¡Bah! ¡Ese jugo lo puedo tomar en cualquier sitio! ¡Yo quiero comer algo diferente, que no haya en otro lugar!
Cordelia: ¿En serio quieres tomar jugo de lúcuma?
Marina: Si, claro. Años que no tomo jugo de lúcuma fresca. La que hay allá es congelada y cara. No es lo mismo.
Pero, Cordelia no complace a Marina y prefiere comprar fresas. Marina se siente desilusionada.
Cordelia: ¿Qué quieres para almorzar?
Marina: ¡Yo quiero un “pejerrey” (pescado) frito encebollado!
Cordelia: ¡Bah! ¡Como se te ocurre que voy a preparar pescado frito! ¡Te voy a hacer algo especial!
Entonces, ella para en la carnicería y compra varias tajadas de carne molida… para preparar hamburguesas.
Marina: ¿Vas a preparar hamburguesas? ¿Qué tiene de especial eso?

Pero, Cordelia no le hace caso y compra la carne molida. Pero, Marina decide retirarse y con la plata que tiene, se anima a comprar la lúcuma (fruta) y el pejerrey (pescado). Cordelia la sorprende pagando por los comestibles.
Cordelia: ¿Qué haces?
Marina: Estoy comprando lo que me gusta. No te preocupes que puedo prepararlo sola. Permiso.
Cordelia trata de esconder su cara de la vergüenza y ella sigue caminando por los anaqueles. Está en la sección de verduras y papas, y selecciona camote (papa dulce) y maíz morado.
Marina: A veces pienso que aquí no saben lo que tienen hasta que lo pierden.
Cordelia: ¿A qué te refieres, Marina?
Marina: Que estos comestibles son escasos en otros países, y si se consiguen son congelados y carísimos. En cambio, ustedes que lo tienen cerca, fresco y barato, los desprecian. ¡No tienen idea lo que tenemos! Además, no se por qué preguntan a la visita que es lo que quieren, sino piensan complacernos. ¡Esto es inaudito!


Entonces, se dirigen a la caja y Marina paga por los comestibles, a pesar de los reclamos de Cordelia. En ese momento, Cordelia se llena de ternura al ver un bebé recién nacido en brazos de su mamá.
Marina: ¿Te pasa algo, Cordelia?
Cordelia: ¡Snif! Me emociona ver un bebé, pensar que yo nunca podré darle un hijo a Gustavo.
Marina: ¿No me digas que tú…?
Cordelia: Así es. Yo soy estéril. Nunca podré ser madre.
Marina: Podrías adoptar.
Cordelia: Gustavo no quiere que adoptemos. El quiere tener hijos propios, de su misma sangre.
Marina: Lo entiendo. ¿Puedes guardar un secreto?
Cordelia: ¿Qué pasa, Marina?
Marina: Estoy embarazada. Voy a tener un hijo de Andoni.
Cordelia: ¿En serio? ¡Esa sí que es una buena noticia! ¡Felicitaciones! ¿Y Andoni lo sabe?
Marina: Para nada. Quiero decírselo cuando empiece el Mundial.
Cordelia: ¡Pues, hay que celebrarlo!
Marina: ¡Si, comiendo pejerrey frito con camote y tomando un jugo de lúcuma!
Cordelia solo sonríe.

Mientras tanto, Gustavo atiende su tienda de electrodomésticos, la cual, perteneció a su familia por tanto tiempo. El luce aburrido. No viene ni una mosca. Y mira a los niños jugando fútbol en la calle y otros intercambiando láminas del Mundial. Por su parte, Andoni va a una carretilla para comprar sándwiches de “pan con chicharrón”, cuando se encuentra con Mimí, vistiendo un “shortcito”, pantaloncito corto, y blusa escotada, que no deja nada a la imaginación.
Mimi: Hola, guapo, ¿Cómo has estado? ¿Te acuerdas de mí?
Ella intenta desabotonarle la camisa, mientras que él está impávido de mirar a semejante mujer tan bella.
Andoni: Eh, si, si, claro, tú eres…
Mimi: Yo soy la muchacha del Chifa, ¿Qué estás haciendo?
Andoni: ¡Ejem! Estoy comprando “pan con chicharrón.”
Mimi: Ay, me encanta el “pan con chicharrón”, ¿Me invitas uno?
Andoni embrujado por la bella mujer, pues, le pide a la señora de la carretilla que compre un sándwich adicional. El le entrega el sándwich y ella come un poco y lo mastica con mucha sensualidad.
Mimi: Gracias, guapo, ¿Qué tienes que hacer este fin de semana?
Andoni: Pues, me gustaría la final de la “Champions.” Me gusta el fútbol.
Mimi: Si quieres ver el partido, pues, yo me ofrezco a hacer compañía.
Ella le roza su mano suavemente por su camisa pero, él se detiene y se retira del lugar. Ella se sigue saboreando su sándwich mientras lo mira con ojos de querer devorarlo vivo. Y después, Andoni, asustado, se detiene en un kiosco de revistas para comprar el diario. Y mira el titular de l diario amarillista “El Chino”: “Asumare! Torazo atraviesa cacharro a torero piña!” (Fuente: Diario El Chino, Mayo 23, 2010, Lima, Perú) Y se le ve una foto de un toro atravezándole un cuerno a un torero por la boca. 
Mimi: ¡A su madre! ¡Se me pone "la piel de gallina" de ver esa escena! 
Andoni: Pensar que yo podría haber sido torero, para seguir la tradición familiar. 
Mimi: ¡Menos mal que te arrepentiste, sino te hubiera sucedido lo que le pasó a ese pobre hombre! ¿Y qué pasó? 
Andoni: Pues, me di cuenta que era un juego muy peligroso, y por eso, me dediqué a la producción musical.
Mimi: ¿En serio? No sabía que eres productor musical. Pues, deberías escuchar a mi banda. Tocamos rock, pop, baladas, y algo de reggeaton. Tocamos todos los viernes en "La Noche" de Barranco, deberías vernos, y si te gusta, podrías producirnos. Yo soy la vocalista.
Ella le hace una caricia en su pecho, pero, él, con discreción, se despide de la bella Mimí y con sus Sándwiches se dirige a la tienda de Gustavo.

Rato después, Andoni, más calmado, ingresa a la tienda con tres Sándwiches de “Pan con Chicharrón” y le entrega el cambio a Gustavo.
Andoni: ¡Gustavo! ¡Te traje tu sándwich de chicharrón! ¡Aproveché para comprar tres sándwiches, por si acaso! ¿Te acuerdas de Mimí, la chica del restaurante chino? Pues, me la encontré y tuve que comprarle un sándwich. A propósito, este Sábado es la final de la “Champions”, entre el Inter de Milán y el Bayer Munich. ¡Como me gustaría verlo!
Gustavo: A mi también me gustaría verlo, pero, tú sabes como es Cordelia. Ella odia el fútbol y no le gustará la idea.
Andoni: En cambio, Marina es toda una loca apasionada por el fútbol. Ella no se perdería ningún partido de fútbol.
Gustavo se saborea sus sándwich, al que le coloca ají picante.
Andoni: Hummm… ¡Qué rico sándwich! ¡Es una delicia!
Gustavo: Esa señora cocina rico. Claro, a Cordelia no le gusta comer allí. Porque dice que anti-higiénico, pero, la señora es muy limpia. A mí me gusta.
Andoni: A mí también. Oye, ¿Cómo conociste a Cordelia?
Gustavo: Pues, yo había sufrido una desilusión, y deprimido, unos amigos me invitaron a la playa. Allí la encontré, y desde el momento que la vi, supe que era para mí.
Andoni: Perdón, ¿De qué desilusión estás hablando?
Gustavo: No quiero hablar de esa mujer que me hace daño.
Andoni: Vamos, desahógate, quizás pueda ayudarte.
Gustavo: Eso sucedió hace 16 años. Conocí una chilenita que venía a hacer turismo al Perú. Nos dejamos llevar por la pasión y nos enamoramos. Pero, a los pocos días, se desaparece y sin dejar rastro. Y yo, tratando de encontrar preguntas, pero, sin respuesta. Si tan solo pudiera saber la razón del por qué ella me abandonó.
Gustavo muerte un gran pedazo de su sándwich de chicharrón y lo mastica con mucha fuerza.

En ese momento, una joven y bella muchacha ingresa a la tienda y pide hablar con Gustavo Rodríguez.
Gustavo: Así es, soy yo. ¿Necesita algo, señorita? ¿Quiere comprar un televisor para ver el Mundial?
Lucy: Me llamo Lucy y vine desde Chile para conocerte.
Gustavo: ¿En serio? ¿Por qué querías conocerme?
Lucy: Porque soy tu hija. Soy la hija que tuviste con Marian Rojas.
Gustavo está impávido por la revelación. El no puede creerlo pero, tiene una hija con la mujer que lo abandonó.
Andoni: Gustavo, ¿Es cierto lo que dice esta muchacha? ¿Ella es tu hija?
Gustavo: Yo no tengo hijos. Debe tratarse de una broma.
Lucy: ¿Acaso que yo haría todo este viaje si se tratara de una broma? Sino quieres creerme, no importa.
Gustavo pide permiso a la chica y se lleva a Andoni a un rincón.
Andoni: Pues, me parece que la chica es sincera. ¿Por qué no la invitas a ver el Partido de la “Champions.”
Gustavo: No entiendes, si Cordelia se entera que tuve una hija fuera del matrimonio, puede pedirme el divorcio.
Andoni: Pero, eso fue antes que te casaras. Lo que no fue en tu año, no hace daño.
Gustavo: ¡Ya sé! ¡Le diremos a Cordelia que se trata de una sobrina lejana tuya! ¡Eso no despertará sospechas!
Andoni: Yo pienso que deberías decirle la verdad pero, bueno, tú tendrás tus razones y las respeto.
Gustavo abraza a su amigo. Entonces, viene Lucy.
Lucy: La verdad, disculpa por decirte todo esto, pero, quería conocerte. Si necesito hacerme alguna prueba de ADN para demostrar la paternidad, estoy dispuesta .
Gustavo: No es necesario. Sé que tú no mientes, además que tienes mis ojos.
El abraza fuertemente a Lucy. Andoni se enternece por la escena de una hija que encuentra a su padre. En ese momento, suena el celular de Gustavo. Es Cordelia para recordarle el almuerzo. Gustavo le dice que ponga un plato adicional, puesto que quieren invitar a una “sobrina” de Andoni.
Lucy: ¿Por qué le dijiste a tu esposa que soy “sobrina” de tu amigo?
Gustavo: Es una larga historia. Ella no lo entenderá. ¿Me guardas el secreto?
Lucy: Está bien, papá.
Padre e hija vuelven a abrazarse por el encuentro.
CONTINUARA…

Comments

  1. Hola Renzo:
    Primero que nada muchísimas gracias por abrir este tema que nos permite comentar sobre esta lidísima foronovela.
    Te felicito por tu gran idea de combinar las grandes emociones del mundial de Sudáfrica con estas bellas historias de amor.
    Hace tiempo ya estaba leyendo esta foronovela pero por algo imprevisto deje de hacerlo, así que decidí volverla a empezarla para leerla de corrido y voy apenas en el capítulo 2.
    Darío es un suertudote con las chicas je, je, lo malo es que con tanta belleza no halla ni quehacer con ellas y las quiere todas para él.
    Rocío ojalá que si se enamorara de Hurley, pues se ve que es un chico a todo dar.
    No hay mal que por bien no venga, si a Lena su boda se le deshizo, pues si sufrió pero algo mejor seguro le espera!

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    1. gracias por tus comentarios, Gloria Amparo, me halaga mucho espero que puedas seguir comentando los capitulos siguientes, ¿Y que te parecieron las otras historias, la que transcurre en Colombia y en el Perú?

      Saludos,

      Renzo

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  2. En Perú: Se me hizo agua la boca cuando hablan de comida, me encanta ese estilo tuyo de poner cada detalle hasta de la comida que lo hace más real y me dió mucha risa con Cordelia que no le gusta que su marido hable de futbol, a mí pues casi no me gusta mucho, pero cuando se trata del mundial sí me apasiona y en esa temporada creo que es mi único tema de conversación, je, je.

    En Colombia: Me encanta Paulina, una chica tan linda no solo físicamente sino que muy buena sobrina y muy trabajadora.

    Paulina y Noelia sienten el llamado de la sangre. se han caído muy bien, lástima que se han enamorado del mismo hombre.

    Cordelia se ve que es una mujer muy dificil, no le gusta el futbol, no complace a su amiga, tal vez esté amargada por no poder tener hijos, así que creo que va ha ser terrible para ella cuando se entere que Gustavo tiene una hija.

    Mimi ya me cayó gorda por resbalosa, haber sino hace que Marina se ponga mal en su embarazo.

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  3. No me acordaba que había incluído a Altair Jarabo en esta foronovela. Debe ser un personaje corto, poco tracendente, pero, me hizo gracia el nombre del personaje (jejejejeje). :) :) :)

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