CAPITULO V: ENTRE GOLES Y AMORES





Este capítulo rinde homenaje a Matías Sindelar, el "Mozart del Fútbol", futbolista austriaco que vivió de 1903 a 1939 



CAPITULO V: ENTRE GOLES Y AMORES

SANTIAGO, CHILE

(* Rocío *)

Finalmente, después de varios ajetreos, coordinar con los gastos de la casa, preparar las maletas, y ponerse las vacunas (por recomendación de Hurley, por supuesto), finalmente, toman un Taxi con rumbo para el Aeropuerto Internacional de Santiago. Hurley se viste con saco y la camiseta roja, de la selección chilena de fútbol, mientras que ellas visten ropa más casual y ceñida al cuerpo. Hurley suspira al ver a Rocío, vestida con prendas provocativas.
Hurley: Bueno, chicas, no olviden llevar sus prendas de invierno, pues, dicen que hace frío en Sudáfrica. Nos espera un viaje largo de 14 horas.
Rocío: ¡14 horas! ¡Ay, qué aburrido tener viajar tanto! ¿Y qué hacemos en 14 horas?
Hurley: Seguro nos pondrán una buena película. Mientras tanto, yo llevaré mi Ipod y un buen libro.
Lena: Yo también he llevado un buen libro para leer durante el viaje. Bueno, gracias por la compañía, Hurley.
Hurley: De nada, chicas. He leído en Internet que Johannesburg es una de las ciudad más peligrosas del mundo, y por eso, es mi deber cuidar de estas do jovencitas y que no les pasen nada. Bueno, es hora de abordar, ¿Nos vamos?
Ellos toman sus equipajes de mano, en ese momento, Rocío encuentra una extraña foto, en blanco y negro, de un futbolista, llevando la inscripción:
“Matthias Sindelar, der Papierene, estrella del Wunderteam.”
Rocío: ¡Espera, Hurley! ¡Se te cayó esta foto!
Hurley: Pues, eso no es mío, ¿Dónde lo has encontrado?
Rocío: ¡Estaba allí en tu asiento! ¿Quién era ese señor?
Hurley: No tengo ni idea, pero, bueno, eso lo averiguaremos después, ahora hay que abordar, ¿Nos vamos?
Rocío se coloca la foto del hombre en su sostén. Entonces, les tres se someten al estricto control de seguridad, pasan por inmigración, y sin mayores novedades, pues, abordan el vuelo de “LAN” con destino a Johannesburgo, Sudáfrica.

(* María Lidia *)

Cuatro horas después, en París, Francia, María Lidia y Marco Aurelio se dirigen al Aeropuerto Charles de Gaulle para tomar su vuelo a Sudáfrica, y hacen su chequeo por “Air France.”
Marco Aurelio: Mi amor, nos espera un viaje de 10 horas, sin escalas, y finalmente, llegaremos a Sudáfrica.
María Lidia: No me importa tener que viajar tanto tiempo. Solo con estar contigo, mi amor. Te quiero.
Marco Aurelio: Yo también te quiero, mi amor. A propósito, ¿Ya hablaste con tu mamá?
María Lidia: Así es, y nos desea suerte, y que le llevemos algún “souvenir” del viaje.
Marco Aurelio: Es hora de abordar el avión, ¿Nos vamos?
La hermosa María Lidia toma de la mano de Marco Aurelio y juntos se dirigen a los puestos de inmigración, seguridad, para después, abordar el avión rumbo a Johannesburgo, Sudáfrica, y una cita con el destino.

(* Hurley *)

Mientras tanto, en el vuelo de “LAN” de Santiago a Johannesburgo, Hurley se sienta en medio de Lena y Rocío. El hojea un libro que compró por Internet. Rocío, aburrida, le hace conversación al chico. Por su parte, Lena se coloca sus auriculares para ver la película “When in Rome”, una comedia romántica sobre una muchacha viaja a Europa para la boda de su prima donde, curiosamente, conoce al amor de su vida. La película nos enseña que el amor aparece cuando menos uno imagina. Curiosamente, en el vuelo de “Air France”, Marco Aurelio también está viendo la misma película, mientras la bella María Lidia se recuesta en su hombro, durmiendo cubierta sobre una manta. ¿No les parece curioso que en dos vuelos diferentes, Lena y Marco Aurelio vean la misma película?

  
(* Lena y Marco Aurelio *)

Así, transcurren ambos vuelos, y después de varias horas de vuelo, finalmente, llegan a su destino: Tambo International Airport, cerca de Johannesburg, South Africa. Ambos vuelos, coincidentalmente, aterrizan uno detrás de otro, como si los hubiera mandado el destino. Una vez que la azafata les dá la señal, los pasajeros de ambos vuelos estiran los brazos, mientras se desabrochan sus cinturones de seguridad, para alcanzar sus equipajes de manos. Todos los pasajeros, de ambos vuelos, hacen fila para salir del avión. Saliendo del avión, pues, Hurley respira hondo y estira los brazos.
Hurley: ¡Respiren hondo, chicas! ¡Hemos llegado a Sudáfrica!
Lena: ¡No puedo creer que estamos en Africa! ¡Esto parece un sueño!
Rocío: Luce mucho más impresionante verlo en vivo y en directo. ¡Yo tampoco puedo creerlo!
Hurley: Bueno, chicas, vamos a inmigración para que nos sellen la entrada, y después, a buscar nuestros equipajes.
Ellos se dirigen al terminal de inmigración donde hacen su fila con los demás pasajeros. En ese momento, llegan también, los pasajeros del vuelo de “Air France”, ya cansados. El oficial de inmigración les sella la entrada.
“Welcome to South Africa! Enjoy it!” Y de inmediato, van al carrusel de equipaje para buscar sus equipajes. Por su parte, María Lidia y Marco Aurelio hacen lo mismo, muy cerca de allí.

Lena encuentra un equipaje viniendo por el carrusel y decide sacarlo por su propia cuenta, pero, en ese momento, una mano contiene la maleta y la saca del carrusel. Ella está con la cabeza gacha y no le ve la cara a Marco Aurelio.
Lena: Oh, señor, muchas gracias, es usted muy amable.
Marco Aurelio le suena familiar su voz y se acerca a mirarla con detenimiento. En ese momento, suena una tierna canción interpretada por Luis Miguel que simboliza el gran amor que sienten los dos: “Tú, la misma de ayer, la incondicional, la que no espera nada/ Tú, la que no supe amar, no sé por qué.”
Marco Aurelio: ¡No puede ser! ¿Lena? ¿Eres tú?
Ella levanta la mirada y reconoce a Marco Aurelio, el hombre con el que siempre ha estado enamorada.
Lena: ¿Marco Aurelio? ¡No puedo creerlo! ¿Qué estás haciendo en Sudáfrica?
Marco Aurelio: Vine en viaje de negocios y aprovecho para ver el Mundial, ¿Y tú?
Lena: Una amiga se ganó dos pasajes en un concurso y aproveché para venir aquí, para ver el Mundial. Vine con el “guatón” Hurley, ¿Te acuerdas de él?
Marco Aurelio: Si, claro que me acuerdo de el “Guatón”, ¿Dónde está él?
Lena: Está buscando el resto del equipaje.
En ese momento, vienen Hurley y Rocío con las maletas. Hurley se pone impávido al ver a su primo Marco Aurelio quién lo abraza fuertemente por el reencuentro. Lena le presenta a Rocío a Marco Aurelio, cuando viene María Lidia.
María Lidia: ¡Mi amor! ¿Ya encontraste nuestras maletas?
Marco Aurelio: Hola, mi amor, ¡Mira que casualidad! No te imaginas con quién me encontré, ¿Te acuerdas de mi primo Hurley? Pues, ha venido a Sudáfrica para ver el Mundial.
María Lidia: Hola, Hurley, es un gusto conocerte en persona.
Ella estrecha las manos con Hurley, mientras que le presenta a Rocío y, claro, Lena.
Marco Aurelio: Lena, quiero presentarte a María Lidia Thibault, mi novia.
María Lidia: ¿Así que eres la famosa Lena? Marco Aurelio me ha hablado mucho de ti.
Después de recoger sus maletas, cada grupo toma un Taxi para que los lleve a sus respectivos hoteles, prometiéndose que van a verse más seguido. Finalmente, están en Sudáfrica, donde el Viernes 10 de Junio comenzará la Copa Mundial de Fútbol, con el partido entre México y Sudáfrica. Pero, Lena sueña con su reencuentro con Marco Aurelio, pero, la dicha no es completa porque él está comprometido con María Lidia.


MIAMI, USA


(* Joanna *)

En la mañana, Darío deja su cuarto de Hotel para dirigirse al “lobby”, pregunta por Rachel, la hermosa australiana, pero, la recepcionista le responde que ella salió temprano cuando se encuentra con Joanna, la bella administradora.
Darío: Hola, Joanna, pues, gracias por la invitación al juego de “Baseball”, aunque la verdad sigo prefiriendo el “Soccer.”
Joanna: De nada, Darío, lo importante es haber pasado un momento agradable juntos. ¿Cuándo empieza el Mundial?
Darío: Pues, el Viernes 10 de Junio, con el partido entre México y Sudáfrica.
Joanna: ¿A qué hora juegan los partidos? No vaya a ser que los pasen en la madrugada.
Darío: Los juegos los pasan por la mañana, por la diferencia horaria con Sudáfrica.
Joanna: Me encantaría ver el partido pero, a esa hora estoy trabajando. Como mexicana que soy, pues, me gustaría que ganara México.
Darío: No sabía que fueras mexicana. ¿De qué parte de México eres?
Joanna: Yo soy de Guadalajara, Jalisco, México. Pero, he vivido en Estados Unidos desde que tenía 14 años.
Darío: He tenido la oportunidad de conocer tu país. Muy acogedor y la gente es muy amable. Hay un lugar en la playa donde se prueba un delicioso ceviche mexicano. ¿Lo conoces?
Joanna: Me gustaría conocerlo. Permiso, te dejo, que tengo que seguir trabajando en el hotel.
El le guiña el ojo y ella le sonríe. El decide no llamar un Taxi, y para ahorrar dinero, decide tomar el “Metrobus.”



(* Darío *)

Darío camina en pleno calor hacia la para del autobús, donde le toca esperar, solo. En ese momento, viene el autobús y le pregunta si va a “Lincoln Road.” El conductor le responde que si, así que él se sube. Quiere pagar con un billete de $20 dólares, pero, el conductor le dice que solo se aceptan billetes de $1 y $5, y todo tipo de combinación en monedas. Entonces, se dirige a los demás pasajeros si tienen cambio. 


(* Mellissa *)

En ese momento, Mellissa se levanta para darle cambio. El le agradece y de inmediato, paga el pasaje. El se sienta al lado de Mellissa.
Darío: Gracias, Mellissa, eres muy amable. La verdad, no he podido adaptarme a la moneda de por aquí.
Mellissa: No te preocupes, todos hemos empezado así.
Darío: ¿De donde eres, si se puede saber?
Mellissa: Yo soy de El Salvador. Pero, vivo acá desde hace 10 años.
Darío: Vaya, es primera vez que conozco a una salvadoreña. ¿De qué parte eres? ¿Eres de la capital?
Mellissa: Yo soy de Santa Ana, a unos 66 kms de la Capital.
Darío: Muy interesante. La verdad aquí hay gente de todos los países, ¿Verdad?
Mellissa: Miami es una ciudad muy cosmopolita, hay gente de varias razas y culturas.
Darío: Oye, ¿Vas a ver los partidos del Mundial?
Mellissa: Yo creo que hay cosas más importantes que estar perdiendo el tiempo viendo un partido de fútbol. Por ejemplo, hay una mancha de petróleo crudo en el Golfo de México, afectando el ecosistema, y los gobiernos no resuelven nada.
Darío: Si, me he enterado, de verdad, es lamentable lo que ha sucedido. Pero, no todo es trabajo, ¿Verdad? La vida también es para divertirse y pasarla “rico.”
Ellos siguen platicando, mientras el autobús sigue rumbo a “Lincoln Road.” Al llegar a su destino, Darío decide acompañar a Mellissa hasta su trabajo en el restaurante. En el restaurante, él se ofrece a ayudar a Mellissa y los demás empleados para hacer el aseo, trapear los pisos, y también, organizar las mesas y organizar los cubiertos. Cuando él encuentra una misteriosa foto de un futbolista, con la inscripción:
“Matthias Sindelar, der Papierene, estrella del Wunderteam.”
Darío: Oye, Mellissa, ¿De quién es esta foto?
Mellissa: No sé de donde habrá salido. ¿Quién es ese señor?
Darío: No tengo ni idea. Pero, lo voy a guardar. Debe valer una fortuna. Bueno, me retiro, voy a caminar un rato.
El se guarda la foto en su cartera, y después, decide salir a caminar, en donde ingresa al para ver “The Prince of Persia.”


(* Nicolás *)

Rato después, a horas de la cinco de la tarde, Rachel y Nicolás ingresan al restaurante, cargando bolsas, y saludan a Darío. El se emociona al ver a Rachel.
Rachel: ¡Darío! ¡Qué milagro encontrarte aquí!
Darío: Hola, Rachel, pues, la verdad, estaba preocupado por ti, ¿Dónde estabas?
Nicolás: ¡Ejem! Rachel y yo estábamos en el “Dolphin Mall”, haciendo unas compras.
Rachel: Así es, tenemos todo listo para el Mundial: Nos compramos la camiseta de la Selección Española, algunas cornetas, y hasta el disco con la música del Mundial. ¡No veo la hora que empiece el Mundial!
Darío: Oiga, ¿Y quién es su favorito para el partido del Viernes? ¿México ó Sudáfrica?
Rachel: Pues, me gusta como juega México. Es muy buen equipo.
Darío: Si, pero, no hay que subestimar a Sudáfrica, por ser el anfitrión.
Nicolás: ¡Ejem! Rachel, mi amor, ¿Nos sentamos?
Rachel: Si, claro, mi amor, ¿Nos acompañas, Darío?
Así, pasaron las horas, y entre cervezas y salchichas, emiten la señal del sexto juego de la “Copa Stanley”, la serie final del Hockey sobre Hielo, entre los “Chicago Blackhawks” y los “Philadelphia Flyers”. Los “Blackhawks” lideran la serie 3 juegos a 2 y si ganan, serían los campeones de la NHL. Darío, Rachel y Nicolás no lucen muy entusiasmados, no son muy aficionados al Hockey sobre Hielo, pero, en ese momento, Darío recibe una llamada en su celular: Es Kate, la bella taxista, preguntando si pueden ver el juego de Hockey juntos. Darío acepta. 


(* Kate *)

A las pocas horas, viene Kate viene.
Darío: Hola, Kate. No sabía que te gustaba el “Hockey sobre Hielo.”
Kate: Pues, como canadiense, y por eso, crecí viendo jugar “Hockey sobre Hielo.”
Nicolás: ¿Quién es tu favorito?
Kate: Pues, como vivo en Florida apoyo también a los “Florida Panthers.” Es el equipo local de Miami.
Rachel: ¿Cómo? ¿Miami tiene un equipo de Hockey sobre Hielo? ¿Con este calor?
Kate: Pues, si, aunque no lo creas, en Miami hay un equipo de “Hockey sobre Hielo”, pero, esta temporada nos fue muy mal quedamos últimos en nuestro grupo.
Entonces, mientras Kate les explica las reglas, comienzan el sexto partido de la “Copa Stanley” entre los “Chicago Blackhawks” y los “Philadelphia Flyers.” Kate se emociona con cada avance de los “Blackhawks.” El partido se juega en el “Wachovia Center” de Philadelphia y resultó ser muy bien disputado, de ida y vuelta. Después de tres períodos, y el marcador empatado a tres goles, cada uno, Patrick Kane de “Chicago Blackhawks” anota el cuarto gol que sella el triunfo y el campeonato para su equipo. Chicago es campeón de la “Copa Stanley”, por primera vez desde 1961. Asi, entre cervezas, salchichas, hockey sobre hielo, Darío comienza a amenizar a todos con los Black Eyed Peas: “I got a feeling that tonight's gonna be a good night.” Y, así, ellos pasan un momento inolvidable.

Pero, al día siguiente, Rachel despierta con dolor de cabeza, y aparece desnuda en un cuarto ajeno. De pronto, ella voltea y se asusta al encontrar a Darío, acostado a su lado.
Darío: Hola, mi amor, ¿Ya despertaste? Dormiste toda la noche como un lirón.
Rachel: ¿Darío? ¿Qué estás haciendo aquí?
Darío: (besándole en el brazo) No, tú qué estás haciendo aquí, porque estamos en mi cuarto de Hotel.
Rachel: ¿Qué es esto? ¿Dónde está Nicolás?
Darío: Pues, supongo que está bien, pero, no hablemos de él, hablemos de los dos.
Rachel: ¡No recuerdo nada! ¿Qué pasó ayer?
Darío: Pasó lo que tenía que pasar, tú y yo nos entregamos al amor.
Ella se levanta desnuda y busca una manta para cubrirse pero, no la encuentra. Pero, él la detiene y la besa con desmedida pasión.

BOGOTA, COLOMBIA

(* Don Ambrosio *)

El Domingo, los colombianos acuden a las urnas para las elecciones presidenciales, entre ellos, estaban Paulina y la tía Sara que vienen a cumplir con el deber cívico, sin sospechar que Don Ambrosio, el padre de Noelia, es jurado de mesa. La tía reconoce a Ambrosio, pero, no es capaz de decirle a su sobrina que ese hombre es su padre.
Paulina: ¿Don Ambrosio? ¡Qué milagro encontrarlo aquí! ¿Cómo está Noelia? ¿Ella ya votó?
Don Ambrosio: Pues, ella no quiso votar. Dice que no es necesario. Es su opinión.
Paulina: Bueno, le manda mis saludos a Noelia, siempre le tengo presente. A propósito, quiero presentarle a mi tía Sara.
El hombre reconoce a la tía Sara. La tía está nerviosa, por la jugada que le está haciendo el destino.
Don Ambrosio: ¿Doña Sara? ¿Es usted? ¡A los años, tiempo que no la veía!
Paulina: ¿Cómo? ¿Ustedes se conocen?
Don Ambrosio: Pues, podría decirse que soy un viejo amigo de mi familia. Qué coincidencia encontrarla aquí.
Tía Sara: Hemos venido a votar, por favor, no la hagamos larga.
Entonces, Paulina se despide de su tía y don Ambrosio se dirige a su respectiva mesa de votación. 


(* La tía Sara *)

La tía Sara le muestra su cédula de ciudadanía, para que Don Ambrosio le entregue su planilla de votación. El aprovecha para hablarle a la tía, aprovechando que Paulina no está.
Don Ambrosio: Doña Sara, por favor, necesitamos hablar, ¿Cómo está su sobrina Lucrecia?
Tía Sara: Pues, mi sobrina murió hace mucho tiempo.
Don Ambrosio: ¡No puede ser! ¡Cuánto lo siento! ¿Y es verdad que esperaba un hijo mío?
Tía Sara: Si, es cierto. Y es una niña. Es Paulina. Ella es su hija. Y, por favor, ¿Me entrega mi planilla de votación?
Aún impactado por la revelación, Don Ambrosio le entrega la planilla de votación a la tía Sara quién se retira a un rincón para expedir su voto. La tía regresa con su voto, lo cierra y lo deposita en una urna, y él le entrega su certificado de votación. La tía se reúne con su sobrina Paulina, pero, Don Ambrosio les da alcance.
Don Ambrosio: Un momento, por favor, yo salgo en un par de horas, quisiera invitarlas a almorzar. Por favor.
Paulina: Está bien, Don Ambrosio. Aceptamos la invitación. ¿Va a ir Noelia con nosotros?
Don Ambrosio: Por supuesto, ella también va a ir con nosotros.
El mira con ternura a Paulina, y todavía no puede creer que ella sea su hija, aquel fruto del amor prohibido que sostuvo con una muchacha de diferente posición social.


(* Paulina *)

Rato después, Don Ambrosio, Paulina y la tía Sara se dirigen al “Asadero Llanero” para almorzar, una deliciosa carne a la llanera. Noelia y Emiliano, que no votaron, se unen al almuerzo. Emiliano mira a Paulina con ojos de desmedida fascinación, quisiera abrazarla, acariciarla, besarla, tocarla, quisiera hacerla suya. Paulina cruza las piernas y le sonríe a Emiliano. Pero, Noelia observa la manera de cómo Emiliano mira a la hermosa Paulina, pero, no dice nada.
Paulina: No veo la hora en que empiece el Mundial. Dicen que Shakira y Juanes cantarán en la ceremonia inaugural.
Noelia: Debe ser muy emocionante. ¿Has seguido vendiendo láminas del álbum del Mundial?
Paulina: Si, claro. El negocio ha sido muy fructífero, es la ocasión, claro.
Don Ambrosio: Perdón, ¿Vendes láminas del álbum del Mundial?
Paulina: Pues, vendo todo tipo de mercancía: Tarjetas pre-pago, chicles, cigarrillos, caramelos, todo lo que ustedes se pueden imaginar. Pero, ahora estoy en el negocio de las láminas autoadhesivas del álbum mundialista.
Don Ambrosio: ¿Y donde tienes tu negocio?
Paulina: Pues, lo tengo en las esquinas. Voy mucho a Modelia, Normandía, Chapinero, Fontibón.
Don Ambrosio: ¿Eres vendedora ambulante? ¿Y no es muy peligroso vender mercancía en la calle?
Paulina: Pues, si, es peligroso. Pero, ¿Qué le puedo hacer? Uno tiene que trabajar duro para subsistir.
El hombre la mira tristemente, como sintiéndose culpable.
Paulina: ¿Le sucede algo, Don Ambrosio?
Don Ambrosio: Nada, Paulina, discúlpame. Es que me conmueve tu caso. Quisiera ayudarte.
Paulina: No necesita ayudarme, Don Ambrosio. Tengo todo lo que necesito.
Don Ambrosio: Al menos, quisiera que te vinieras a vivir con nosotros, ¿Qué dices? Puedes ver el Mundial.
Paulina: ¿En serio? ¿No será mucha molestia?
Don Ambrosio: ¡Para nada! ¡Es más, tu tía Sara puede vivir con nosotros!
Paulina: No lo sé, Don Ambrosio, usted me hace una propuesta poco convencional.
Don Ambrosio: Además, podrías ser buena compañía para Noelia. He notado que ella y tú se llevan muy bien.
Paulina: Tendría que pensarlo, Don Ambrosio, pero, no le comento nada.
Ellos siguen almorzando su “carne a la llanera”, con papa salada y mazorca asada.

(* Emiliano *)

Al llegar a casa, Paulina conversa con su tía Sara…
Sara: Yo creo que debería aceptar la propuesta de Don Ambrosio. Una oportunidad así no debería desaprovechar.
Paulina: No lo sé, tía, no me parece vivir en una casa extraña.
Sara: El barrio se está poniendo muy peligroso, lleno de drogadictos y delincuentes, allá vamos a tener más comodidad, y nos sentiremos más cómodas y seguras.
Paulina: ¿Y de qué vamos a vivir?
Sara: Solo le pido que acepte la ayuda de señor, por favor.
Paulina: ¿Por qué tanto le interesa que acepte la ayuda de ese señor?
Sara: Es un viejo amigo de la familia.
Paulina está pensativa por la petición de la tía Sara.
 
(* Noelia *)

Rato después, ella decide comentar la noticia con Jackson, su amigo taxista, quién la convence para que acepte la invitación de Don Ambrosio. Entonces, un día, Paulina y la tía Sara se presentan con sus maletas para hospedarse en casa de Don Ambrosio. Noelia no luce contenta y se sincera con Paulina.
Noelia: La verdad, no estoy de acuerdo que te hospedes en mi casa, pero, es la decisión de mi papá, y la respeto.
Paulina: Te entiendo. No te preocupes. La idea es quedarnos solo para ver el Mundial y después, nos iremos.
Noelia: Y, por favor, deja tranquilo a Emiliano. No creas que me he fijado como te coqueteas con él.
Paulina: Pues, para mí, Emiliano solo es un buen amigo. Yo nunca le quitaría el novio a otra mujer. Tranquila.
Ellas estrechan las manos. En ese momento, Noelia encuentra la misteriosa foto del futbolista:
“Matthias Sindelar, der Papierene, estrella del Wunderteam.”
Noelia: ¿Y esta lámina? ¿Dónde apareció? ¿Es una de las láminas que vendes?
Paulina: No tengo ni idea. Es de un futbolista antiguo. Debe valer millones.
Noelia: Vamos a guardarla en un lugar seguro, y después, buscaremos al dueño.
Esa noche, Paulina invita a Jackson para ver el partido revancha de la final del fútbol colombiano entre el Atlético Junior de Barranquilla y La Equidad de Bogotá. En un partido intenso, Junior ganó por 3 goles a 1 y se coronó campeón colombiano. Un buen aperitivo para el comienzo del Mundial de Fútbol en Sudáfrica. Pero, Emiliano cada vez se siente más atraído por Paulina y ahora más, que la tiene más cerca de su casa.


LIMA, PERU


(* Cordelia y Marina *)

A medida que pasan los días, y a pesar que la selección peruana de fútbol no clasificó, se vive un clima de fiesta, alrededor. En todos los lugares se venden artículos alusivos al evento: Posters, libros, revistas, camisetas, balones, y se hacen pronósticos sobre quienes serán los finalistas. Pero, hay una persona que no está muy contenta: Cordelia, porque ve en el Mundial como una oportunidad para perder a su marido.

Una tarde, Cordelia junto con su amiga Marina salen de compras al “Jockey Plaza” y ven la decoración alusiva al evento.
Marina: ¡Mira! ¡Qué emoción! ¡Ya no falte nada para que empiece el Mundial!
Cordelia: ¡Bah! ¡Puras tonterías! ¡Tantos problemas que hay en el mundo, para preocuparse por un estúpido juego!
Marina: ¿No te gusta el fútbol?
Cordelia: La verdad, valoro mucho el deporte. De hecho, voy al gimnasio regularmente y también, si te acuerdas, gané varias medallas en Natación. Pero, es que me parece una tontería, toda esa devoción a ese estúpido juego. Además que nunca he estado de acuerdo a aliar el sentimiento patriótico al logro de un deportista, y decir, “nos ganaron”, como si el destino de un país estuviera en manos de un grupo de deportistas. ¡Qué tontería!
Marina: Pues, estoy de acuerdo contigo, pero, también, el Mundial es una buena oportunidad de convivir en familia.
Cordelia: Al contario, el Mundial me aleja cada vez más de Gustavo. ¡Cuando hay fútbol, él se idiotiza y no me mira!
Marina: ¿Y no has pensado en seguir la corriente y ver los partidos con él?
Cordelia: Por supuesto que no. ¿Para que voy a perder mi tiempo?
Marina: Pues, como a ti, a mi tampoco me gustaba el fútbol. Pero, Andoni es todo un apasionado en el tema y cuando hay partido, se olvida del resto. ¿Y sabes qué hice? Me hice fanática del fútbol, Dime, ¿Quieres mucho a Gustavo?
Cordelia: ¡Qué pregunta más tonta! ¡Por supuesto que si! ¡Amo a Gustavo! ¡Lo amo con todo mi corazón!
Marina: Entonces, debes apoyar y respetar sus gustos y preferencias.
En ese momento, ellos encuentran la misteriosa foto del futbolista:
“Matthias Sindelar, der Papierene, estrella del Wunderteam.” Marina, con extrañeza, levanta la foto.
Marina: ¿De donde salió esta foto? ¿Quién será ese señor?
Cordelia: Yo creo que deberías dejar esa foto en el suelo. No es conveniente tomar cosas de la calle.
Pero, Marina no le hace caso y decide guardar la foto en su cartera. Y las dos amigas siguen caminando por el Centro Comercial.
(* Gustavo *) 

Por su parte, en la tienda “La Confianza”, la gente sigue viniendo para adquirir televisores LCD para ver el Mundial. Gustavo, con la ayuda de Lucy y Andoni atienden a los clientes. Y por supuesto, hacen ofertas y regalos para poder capturar la atención de un cliente, como regalar balones de fútbol con la compra de un televisor. 


(* Mimí *)

Rato después, Mimí ingresa a la tienda, vistiendo un “shortcito”, pantaloncito corto, y blusa escotada para atraer miradas maliciosas.
Mimi: Hola, guapos, ¿Cómo la están pasando?
Andoni: Hola, Mimí, pues, nos está yendo muy bien. Estamos aquí ayudando a Gustavo para atender los clientes. No sé como agradecerte el haber promocionado la tienda en tus conciertos.
Mimi: Es un placer. Me gusta hacer buenas acciones. Uno se siente bien con la gente.
Ella le guiña el ojo. Andoni sonríe. 

(* Andoni *)

Pero, en ese momento, aparecen Marina y Cordelia. Andoni corre para abrazar y besar a Marina, su esposa, haciendo que la bella Mimí se ponga celosa.
Marina: ¡Hola! ¿Están ustedes listos para el Mundial?
Gustavo: Pues, ahora si, estamos listos. Con las ventas que logramos, hemos podido cubrir los gastos.

(* Lucy *)

Lucy: ¡No veo la hora que empiece el Mundial! ¡Oigan! ¿Qué les parece si hacemos una “Polla”?
En ese momento, Andoni se indigna con Lucy.
Andoni: ¿Perdón? ¿Qué dijiste?
Marina: Mi amor, Lucy hablaba de hacer Apuestas Deportivas, para determinar a los ganadores de los partidos. Discúlpala, ella no sabe lo que significa esa palabra en España.
Lucy: ¿Y qué es lo que quiere decir “polla” en España?
Entonces, Marina le responde al oído. Lucy, avergonzada, pide disculpas a Andoni. El acepta las disculpas. En ese momento, vienen más clientes para adquirir televisores.
CONTINUARA…

Comments

  1. QUINTO CAPITULO:

    No voy a juzgar a Darío hasta leer el próximo capítulo, pero creo que ahora si se pasó, mira que despertar al lado de Rachel, aprovecharse de que a ella se le hayan pasado las copas? o igual ni pasó nada solo durmieron, je, je.

    Utilizo la empatía con Lena y comprendo que ha de tener sentimientos encontrados, pues encontrarse cara a cara con su gran amor después de tanto tiempo debió haber sido divino pero a la vez muy triste enterarse de que él ya está comprometido con otra chica.

    Renzo qué quiere decir polla en España?
    Me dejó muy intrigada Marina, ji, ji.

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  2. Aquí se reencuentran Lena y Marco Aurelio... lo curioso que ambos viajan en vuelos diferentes, pero, ven las mismas películas y juntos aterrizan al mismo tiempo... todo sincronizado... y suena "La Incondicional" de Luis Miguel.

    Y la final de la Copa Stanley de Hockey sobre Hielo no podía faltar... sobretodo si una de las chicas es canadiense. Darío se pasó de sinverguenza... abusar así de una linda chica como Rachel. Ojalá no haya pasado nada.

    Joana es mexicana... casi no elijo personajes mexicanos en mis foronovelas... incluso, los actores mexicanos que ilustran mis personajes, no son mexicanos, son de otros paises... pero, Joana es de los pocos personajes mexicanos que incluyo en mis foronovelas...

    El derrame de petróleo... creo que no me acordaba hasta hicieron una película basada en el incidente:

    https://www.bbc.com/mundo/internacional/2010/06/100602_derrame_petroleo_bp_cifras_golfo_mexico_amab.shtml

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