CAPITULO XVII: ENTRE GOLES Y AMORES
LIMA, PERU
(* Marina *)
Marina: Oye Andoni, debes estar muy contento por el resultado del partido, ¿Verdad?
Andoni: Sinceramente, no he visto el partido.
Marina: ¿En serio? Pues, esto debe tratarse de una broma, ¿Verdad? ¡Eres muy apasionado por la selección española!
Andoni: No es ninguna broma. En serio, Marina, no he visto el partido, porque no podía pensar en ti. Te amo, Marina, y quiero que me perdones y me aceptes nuevamente en tu vida.
Marina: ¿Y por qué te iba a perdonar, ah?
Andoni: Vas a tener un hijo mío.
Marina: ¿Es por eso? Pues, no te necesito. Yo puedo criar a este niño sola. Adiós, Andoni. Regrésate a España que lo que es yo, me quedo aquí en Lima, criando a mi bebé. Adiós. Vete, ¿Y por qué no te llevas a Mimí contigo?
Moncho: Ya escuchaste a Marina. Vete, Andoni, ella no te necesita.
Andoni: ¿Y quién eres tú para meterte en lo que te incumbe?
Moncho: ¡No soporto que frescos como tú se sobrepasen con una gran mujer como Marina!
Andoni: Ah, ya entiendo, entonces, me dejas por un chiquillo, ¿Verdad? Pues, bien, Marina, me regreso a España y tú puedes quedarte aquí con tu chiquillo.
Moncho se envalentona contra Andoni pero, Marina lo contiene y le pide a Andoni que se retire. Andoni se retira.
(* Moncho *)
Marina llora, mientras Moncho le seca las lágrimas con su pañuelo.
Moncho: Tranquila, Marina, que le puede hacer daño al bebé.
Marina: ¡Snif! Gracias, Moncho, eres muy amable.
Los dos se miran fijamente a los ojos sin decirse nada. El siente un impulso por besar a aquella bella mujer, pero, en ese momento, viene Lucy, quién se impresiona al ver a su pareja abrazando a Marina. Lucy llora y se aleja de ellos. Moncho reacciona y corre detrás de Lucy.
Moncho: Lucy, mi amor, no es lo que estás pensando.
Lucy: ¡Snif! ¡Aceptaría que me engañes con cualquiera, menos con Marina! ¡Ella es una mujer casada y mayor que tú!
Moncho: Estás equivocada. Marina es solo una amiga.
Lucy: Entonces, ¿Por qué la abrazabas?
Moncho: Estaba triste porque tuvo una pelea con Andoni. Pero, entre Marina y yo solo hay amistad. A quién quiero realmente, es a ti, Lucy. Te amo, Lucy, eres el gran amor de mi vida y quiero estar contigo para siempre.
Lucy: ¡Snif! No sé si deba creerte. Lo siento, Moncho.
Ella se retira de su presencia. Gustavo trata de alcanzar a su hija pero, ella no le hace caso y se retira de la tienda.
Gustavo: Dime, Moncho, ¿Qué le has hecho a mi hija?
Moncho: No le he hecho nada, Don Gustavo. La quiero tanto para hacerle daño.
Gustavo: Tengo que darle alcance. Esta ciudad es muy peligrosa para ella.
Cordelia: ¡Ejem! Amor, no te preocupes, yo le doy alcance. Tú quédate aquí, atendiendo la tienda.
Gustavo: La tienda puede esperar. Mi prioridad ahora es mi hija Lucy.
Cordelia: Hazme caso, mi amor. Yo me encargaré de Lucy. Quédate aquí, atendiendo a esos clientes.
Entonces, Cordelia se retira de la tienda para darle alcance a Lucy.
Moncho: Tranquila, Marina, que le puede hacer daño al bebé.
Marina: ¡Snif! Gracias, Moncho, eres muy amable.
Los dos se miran fijamente a los ojos sin decirse nada. El siente un impulso por besar a aquella bella mujer, pero, en ese momento, viene Lucy, quién se impresiona al ver a su pareja abrazando a Marina. Lucy llora y se aleja de ellos. Moncho reacciona y corre detrás de Lucy.
Moncho: Lucy, mi amor, no es lo que estás pensando.
Lucy: ¡Snif! ¡Aceptaría que me engañes con cualquiera, menos con Marina! ¡Ella es una mujer casada y mayor que tú!
Moncho: Estás equivocada. Marina es solo una amiga.
Lucy: Entonces, ¿Por qué la abrazabas?
Moncho: Estaba triste porque tuvo una pelea con Andoni. Pero, entre Marina y yo solo hay amistad. A quién quiero realmente, es a ti, Lucy. Te amo, Lucy, eres el gran amor de mi vida y quiero estar contigo para siempre.
Lucy: ¡Snif! No sé si deba creerte. Lo siento, Moncho.
Ella se retira de su presencia. Gustavo trata de alcanzar a su hija pero, ella no le hace caso y se retira de la tienda.
Gustavo: Dime, Moncho, ¿Qué le has hecho a mi hija?
Moncho: No le he hecho nada, Don Gustavo. La quiero tanto para hacerle daño.
Gustavo: Tengo que darle alcance. Esta ciudad es muy peligrosa para ella.
Cordelia: ¡Ejem! Amor, no te preocupes, yo le doy alcance. Tú quédate aquí, atendiendo la tienda.
Gustavo: La tienda puede esperar. Mi prioridad ahora es mi hija Lucy.
Cordelia: Hazme caso, mi amor. Yo me encargaré de Lucy. Quédate aquí, atendiendo a esos clientes.
Entonces, Cordelia se retira de la tienda para darle alcance a Lucy.
Finalmente, Cordelia encuentra a Lucy en una esquina, esperando el “micro.”
Cordelia: Espera, Lucy, tu papá está esperando, ¿Por qué no regresas a la tienda?
Lucy: ¿Por qué no regresas tú? ¿No te das cuenta que quiero estar sola?
Cordelia: Está bien. Te acompaño. Esta ciudad es muy peligrosa.
En ese momento, llega el “micro” (autobús pequeño), repleto de gente, pero, igual, Lucy se sube, junto con Cordelia.
(* Lucy *)
Los pasajeros, fascinados por la belleza de Lucy y Cordelia le ceden asiento, mientras el boletero les pide que paguen con sencillo: “¡Aguante, aguante, al fondo hay sitio! ¡Al fondo, hay sitio!” Los chicos suspiran por Lucy, la bella chilenita, y le mandan piropos: “Si ser hermosa fuera delito, yo ya te hubiera encerrado en mi corazón.” (cortesía de Perú.com) / “Si así como caminas, cocinas, yo me como la raspita.” / “El cielo debe estar roto, porque los angelitos caen del cielo.” / “Ni Miguel Angel hubiera podido esculpir una escultura tan perfecta como tú.” / “Eres el gol más lindo que se ha anotado en la Copa Mundial, a tres dedos y con efecto.” / “¡Mamacita rica!” Ellos le guiñan el ojo. Los piropos ruborizan a Lucy pero, la tranquilizan. Finalmente, llegan al Mercado de Jesús María, y ellas se bajan en el paradero: “¡Baja, baja en la esquina, maestrito!”
(* Cordelia *)
Cordelia y Lucy ingresan al Mercado, en donde se detienen en el puesto de discos de Alfil. El suspira por Lucy.
Alfil: Hola bella muchacha, ¿Me compras un disco? ¡Tengo esta recopilación de los himnos del Mundial!
Lucy: Pues, está en plena moda, ¿Tienes el “Waka Waka”?
Alfil: ¿Te gusta eso? ¡No! ¡Yo tengo verdaderos himnos del Mundial: Un Estate Italiana, el himno del Mundial de Italia 1990! ¡Me costó mucho conseguirlo, pero, finalmente, lo conseguí!
Cordelia: ¡Años que no escucho esa canción! ¡Me trae varios recuerdos! ¡Snif!
Entonces, ellos pasan un momento agradable junto con Alfil, quién les hace escuchar el himno del mundial Italia 1990. Alfil y Cordelia cantan al compás de la canción: “Notti magiche/ inseguendo un gol/ Sotto il cielo di un’estate italiana/ E negli occhi tuoi voglia di vincere/ Un’estate un’avventura in piú.” (Intérprete: Gianna Nannini & Edoardo Bennato)
Alfil: ¡¡¡Esto es un himno del Mundial!!! ¡Mejor que ese “Waka Waka”! ¡Waka Waka Waka-la!”
Lucy: ¡Snif! ¡Muy buena canción! ¡Te llega hasta el alma! ¡Y tú, Cordelia, no sabía que cantabas en italiano!
Cordelia: Mis abuelos maternos eran italianos y no hablaban Español. Entonces, para comunicarme con ellos, pues, tenía que aprender italiano. ¿"Capice"?
Alfil: Hola bella muchacha, ¿Me compras un disco? ¡Tengo esta recopilación de los himnos del Mundial!
Lucy: Pues, está en plena moda, ¿Tienes el “Waka Waka”?
Alfil: ¿Te gusta eso? ¡No! ¡Yo tengo verdaderos himnos del Mundial: Un Estate Italiana, el himno del Mundial de Italia 1990! ¡Me costó mucho conseguirlo, pero, finalmente, lo conseguí!
Cordelia: ¡Años que no escucho esa canción! ¡Me trae varios recuerdos! ¡Snif!
Entonces, ellos pasan un momento agradable junto con Alfil, quién les hace escuchar el himno del mundial Italia 1990. Alfil y Cordelia cantan al compás de la canción: “Notti magiche/ inseguendo un gol/ Sotto il cielo di un’estate italiana/ E negli occhi tuoi voglia di vincere/ Un’estate un’avventura in piú.” (Intérprete: Gianna Nannini & Edoardo Bennato)
Alfil: ¡¡¡Esto es un himno del Mundial!!! ¡Mejor que ese “Waka Waka”! ¡Waka Waka Waka-la!”
Lucy: ¡Snif! ¡Muy buena canción! ¡Te llega hasta el alma! ¡Y tú, Cordelia, no sabía que cantabas en italiano!
Cordelia: Mis abuelos maternos eran italianos y no hablaban Español. Entonces, para comunicarme con ellos, pues, tenía que aprender italiano. ¿"Capice"?
Lucy: ¡Entonces, discúlpame por gritar los goles de Eslovaquia!
Cordelia: No te preocupes. A mí tampoco me gusta el fúbol italiano. Entonces, compran el disco y se despiden de Alfil que está felíz de hacer una venta.
Ellas siguen caminando por los pasadizos del Mercado de Jesús María, en donde escuchan el pregonar de los vendedores: “¡Caserita! ¡Cómpreme estos deliciosos choclitos de Chulucanas! ¡A 20 el kilo de cebollita roja, de la huerta de mi taita! ¡Caserita!”
De pronto, pasan por el puesto de la Yerbatera, Lucy, entonces, se pone pensativa y le pregunta a Cordelia.
Lucy: Hola, Cordelia, ¿Por qué mi papá y tú no pudieron tener hijos?
Cordelia: Pensé que nunca ibas a preguntar eso. Pero, soy ésteril. Nunca podré ser mamá.
Lucy: ¿Y no hay nada que hacer? ¡Fíjate que la medicina ha avanzado!
Cordelia: Pues, no hay nada que hacer. Ya me estoy resignando.
Lucy: ¡Qué lástima! ¡Y yo con las ganas que tengo en tener algún hermanito! ¡Mami no volvió a tener más hijos, pó!
Cordelia: Dime, Lucy, ¿Extrañas a tu mami en Chile?
Lucy: Claro, pó. Pero, me dolería tener que dejarte a mi papá y a ti.
Cordelia: ¿A mí? ¿Y por qué me tendrías que extrañar a mí? Yo solo soy la madrastra.
Lucy: Pero, eres una madrastra muy buena onda, ¡Además que cocinas riquísimo! Oye, ¿Y si le preguntamos a la Yerbatera si tiene algo contra la esterilidad? Mi madre me dijo que en el Perú, hay yerbas que lo curan todo. No perdemos nada con intentarlo, ¿Qué dices? ¡Además me muero de ganas por tener un hermanito!
Entonces, ellas se detienen donde el Yerbatera que parece reconocer a Cordelia.
Yerbatera: ¡Cordelia! ¡Qué milagro que te veo! ¡Te conozco desde chiquitita! ¡Como ha pasado el tiempo!
Cordelia: Qué tal, doña Luisa, pues, pasaba por aquí con la hija de mi marido. Y vino desde Chile para visitarnos.
Lucy: Doña Luisa, ¿Usted tiene algún remedio contra la esterilidad?
Yerbatera: Por supuesto. ¡Tengo un remedio infalible!
Cordelia: Pensé que nunca ibas a preguntar eso. Pero, soy ésteril. Nunca podré ser mamá.
Lucy: ¿Y no hay nada que hacer? ¡Fíjate que la medicina ha avanzado!
Cordelia: Pues, no hay nada que hacer. Ya me estoy resignando.
Lucy: ¡Qué lástima! ¡Y yo con las ganas que tengo en tener algún hermanito! ¡Mami no volvió a tener más hijos, pó!
Cordelia: Dime, Lucy, ¿Extrañas a tu mami en Chile?
Lucy: Claro, pó. Pero, me dolería tener que dejarte a mi papá y a ti.
Cordelia: ¿A mí? ¿Y por qué me tendrías que extrañar a mí? Yo solo soy la madrastra.
Lucy: Pero, eres una madrastra muy buena onda, ¡Además que cocinas riquísimo! Oye, ¿Y si le preguntamos a la Yerbatera si tiene algo contra la esterilidad? Mi madre me dijo que en el Perú, hay yerbas que lo curan todo. No perdemos nada con intentarlo, ¿Qué dices? ¡Además me muero de ganas por tener un hermanito!
Entonces, ellas se detienen donde el Yerbatera que parece reconocer a Cordelia.
Yerbatera: ¡Cordelia! ¡Qué milagro que te veo! ¡Te conozco desde chiquitita! ¡Como ha pasado el tiempo!
Cordelia: Qué tal, doña Luisa, pues, pasaba por aquí con la hija de mi marido. Y vino desde Chile para visitarnos.
Lucy: Doña Luisa, ¿Usted tiene algún remedio contra la esterilidad?
Yerbatera: Por supuesto. ¡Tengo un remedio infalible!
Mientras Doña Luisa, la Yerbatera, les da la receta para el remedio contra la esterilidad, Cordelia y Lucy intercambian un agradable momento en el Mercado de Jesús María, entre hierbas, discos piratas, carnes, vegetales, y por supuesto, seguir llenando el álbum de figuritas del Mundial, para que, finalmente, culminar el día con un delicioso ceviche de conchas negras en el puesto de Don Lucho. Y después, muy felices y contentas, ellas regresan, en Taxi, hasta la tienda “La Confianza” donde los esperan Gustavo y Moncho.
BOGOTA, COLOMBIA
(* Paulina *)
* Artista Invitado: Jon-Erik Hexum como Angel
Paulina vaga por las calles de Bogotá, luciendo su atrevida minifalda, del cual, exhibe sus bien contorneadas piernas. De pronto, ella se detiene en un restaurante donde los clientes miran el partido de España Vs. Paraguay, por TV. En ese momento, la hermosa muchacha contempla a un hombre, vestido con la camiseta del club “Independiente Santa Fé”, y le guiña el ojo. Ella comienza a inquietarse y, asustada, se retira del restaurante. Pero, a donde va, el hombre se aparece y le guiña el ojo. De pronto, en una esquina, tres asaltantes rodean a la sensual muchacha, la toman de sus ropas, y la amenazan con violarla: “No se asuste, belleza, no queremos hacerle daño, solo queremos hacerle el amor.” Los hombres la sujetan con sus ropas, mientras le acarician los senos y las piernas. En ese momento, aparece el hombre misterioso: “¡Dejenla en paz!” Los asaltantes se ríen del hombre, pero, en ese momento, él se lanza contra ellos y, solo, le da una tremenda golpiza a los tres, misma serie de “Batman”: “¡Puaf! ¡Zoing! ¡Crash! ¡Pum!” Los tres asaltantes se van corriendo asustados mientras que él le extiende una mano a la hermosa muchacha: “¿Estás bien?”
Paulina: ¿Quién es usted? ¿Por qué me sigue a cada rato?
Angel: Me llamo Angel. No quiero hacerle daño, Paulina. Solo busco protegerla.
Paulina: ¿Cómo sabe mi nombre? ¿Quién es usted?
Angel: Ya le dije. Mi nombre es Angel y solo soy un humilde hincha del “santafecito” que quiero ayudarla. La he visto varias veces comprando sus figuritas del álbum del Mundial pero, nunca le dirigí la palabra, hasta ahora.
Paulina: Pues, gracias, pero, no necesito de su ayuda. Permiso.
Angel: Espere. Este sector es peligroso. Permítame acompañarla. Por favor.
El hombre le guiña el ojo, tranquilizando a la muchacha.
Paulina vaga por las calles de Bogotá, luciendo su atrevida minifalda, del cual, exhibe sus bien contorneadas piernas. De pronto, ella se detiene en un restaurante donde los clientes miran el partido de España Vs. Paraguay, por TV. En ese momento, la hermosa muchacha contempla a un hombre, vestido con la camiseta del club “Independiente Santa Fé”, y le guiña el ojo. Ella comienza a inquietarse y, asustada, se retira del restaurante. Pero, a donde va, el hombre se aparece y le guiña el ojo. De pronto, en una esquina, tres asaltantes rodean a la sensual muchacha, la toman de sus ropas, y la amenazan con violarla: “No se asuste, belleza, no queremos hacerle daño, solo queremos hacerle el amor.” Los hombres la sujetan con sus ropas, mientras le acarician los senos y las piernas. En ese momento, aparece el hombre misterioso: “¡Dejenla en paz!” Los asaltantes se ríen del hombre, pero, en ese momento, él se lanza contra ellos y, solo, le da una tremenda golpiza a los tres, misma serie de “Batman”: “¡Puaf! ¡Zoing! ¡Crash! ¡Pum!” Los tres asaltantes se van corriendo asustados mientras que él le extiende una mano a la hermosa muchacha: “¿Estás bien?”
Paulina: ¿Quién es usted? ¿Por qué me sigue a cada rato?
Angel: Me llamo Angel. No quiero hacerle daño, Paulina. Solo busco protegerla.
Paulina: ¿Cómo sabe mi nombre? ¿Quién es usted?
Angel: Ya le dije. Mi nombre es Angel y solo soy un humilde hincha del “santafecito” que quiero ayudarla. La he visto varias veces comprando sus figuritas del álbum del Mundial pero, nunca le dirigí la palabra, hasta ahora.
Paulina: Pues, gracias, pero, no necesito de su ayuda. Permiso.
Angel: Espere. Este sector es peligroso. Permítame acompañarla. Por favor.
El hombre le guiña el ojo, tranquilizando a la muchacha.
(* Paulina *)
Entonces, ambos caminan por las desoladas calles de Bogotá, y durante el trayecto, ellos comentan sobre el partido. El hombre se excita cada vez que el viento levanta suavemente su minifaldita, exhibiendo las torneadas piernas de Paulina.
Angel: Es usted muy bonita, Paulina.
Paulina: Bueno, gracias, ¿Y usted vive por aquí cerca?
Angel: Pues, vivo aquí y allá. Prácticamente, camino errante por todo lugar y me conozco todo Colombia. Oiga, por aquí, hay un lugar muy bueno con “rockola¨ para escuchar música, ¿Qué le parece? No se preocupe. Yo invito.
Entonces, ellos se dirigen a un bar, con “rockola”. El pide un vaso de aguardiente, seco y volteao, mientras que ella solo pide una gaseosa “Colombiana.” El se dirige a la “rockola” y selecciona una secuencia de canciones. Se escucha una canción de “ABBA”: “Mamma mia, here I go again/ My my, how can I resist you?/ Mamma mia, does it show again?" Angel invita a bailar. Ella mueve cadenciosamente hombros y caderas al compás de la melodía, y así, siguen bailando al compás de la música, divirtiéndose amenamente. Después de un par de horas, es el momento de decir adiós.
Angel: Bueno, Paulina, la hemos pasado “rico” pero, creo que debe ir a casa. Deben estar preocupados por usted.
Paulina: ¡No quiero saber nada de esa gente! ¡Ellos me abandonaron cuando era una niña!
Angel: No, Paulina. Ellos la quieren y se preocupan por usted. Ya es hora que borre todo ese rencor de su mente.
El vuelve a guiñarle el ojo. Ella se tranquiliza. En ese momento, se aparecen Jackson, junto con Noelia y Emiliano.
Noelia: ¡Paulina! ¡La hemos buscado por todas partes! ¡Nos tenía preocupados!
Paulina: Pero, ¿Cómo me encontraron tan rápido?
Jackson: Me acordé de este lugar y por eso, los traje hasta aquí en mi Taxi, ¿Nos vamos?
Paulina voltea por todos lados, pero, no encuentra a Angel. Entonces, ella decide retornar con sus amigos.
CONTINUARA…
Angel: Es usted muy bonita, Paulina.
Paulina: Bueno, gracias, ¿Y usted vive por aquí cerca?
Angel: Pues, vivo aquí y allá. Prácticamente, camino errante por todo lugar y me conozco todo Colombia. Oiga, por aquí, hay un lugar muy bueno con “rockola¨ para escuchar música, ¿Qué le parece? No se preocupe. Yo invito.
Entonces, ellos se dirigen a un bar, con “rockola”. El pide un vaso de aguardiente, seco y volteao, mientras que ella solo pide una gaseosa “Colombiana.” El se dirige a la “rockola” y selecciona una secuencia de canciones. Se escucha una canción de “ABBA”: “Mamma mia, here I go again/ My my, how can I resist you?/ Mamma mia, does it show again?" Angel invita a bailar. Ella mueve cadenciosamente hombros y caderas al compás de la melodía, y así, siguen bailando al compás de la música, divirtiéndose amenamente. Después de un par de horas, es el momento de decir adiós.
Angel: Bueno, Paulina, la hemos pasado “rico” pero, creo que debe ir a casa. Deben estar preocupados por usted.
Paulina: ¡No quiero saber nada de esa gente! ¡Ellos me abandonaron cuando era una niña!
Angel: No, Paulina. Ellos la quieren y se preocupan por usted. Ya es hora que borre todo ese rencor de su mente.
El vuelve a guiñarle el ojo. Ella se tranquiliza. En ese momento, se aparecen Jackson, junto con Noelia y Emiliano.
Noelia: ¡Paulina! ¡La hemos buscado por todas partes! ¡Nos tenía preocupados!
Paulina: Pero, ¿Cómo me encontraron tan rápido?
Jackson: Me acordé de este lugar y por eso, los traje hasta aquí en mi Taxi, ¿Nos vamos?
Paulina voltea por todos lados, pero, no encuentra a Angel. Entonces, ella decide retornar con sus amigos.
CONTINUARA…
Capítulos 16 y 17
ReplyDeleteQué bueno que Darío ya está fuera de peligro y que cada chica ya tenga su pareja.
Ah yo creo que lo que más coraje te ha de haber dado de que perdiera Uruguay contra España es que Larisa Riquelme no se haya desnudado, verdad? ja, ja.
Qué lindo me pareció la escena donde Angel se encuentra con Paulina, me dá la impresión de que es un verdadero angel que protegió a la bella chica.
De verdad que que tonto es Andoni, después de que el fue él que se portó mal con Marina, en vez de rogarle hasta de rodillas para que lo perdone, se pone a ofenderla diciéndole que se quede con Moncho.
Me preocupé mucho imaginar a Cordelia y Lucy subir a ese camión tan lleno, demasiado lleno diría yo, ja, ja.
Hasta que llegué al capítulo donde sale Alfil, genial, solo que me hubiera gustado ver una foto de él.
Me encantó donde Cordelia y Lucy compran hierbas para la esterilidad porque recordé que mi mamá me contó que ella no podía tener hijos y tomó de esas hierbas y me tuvo a mi.
Pues fue una idea genial la del ángel!!!
DeleteAdemás qué ángel tan guapo, con ese angelito sí quiero soñar todos los días, ji, ji.